Por Moisés Pérez Mok
Fue el 10 de octubre de 1954 cuando se celebró, con un gran desfile militar, la toma de la ciudad por fuerzas del Ejército Popular de Vietnam, cuyas primeras unidades avanzaban desde dos días antes desde varias direcciones y comenzaban a desplazar a los ocupantes europeos desde el dìa 9.
Relatos históricos señalan que el Día de la Liberación, en el patio de la Torre de la Bandera, se realizó la primera ceremonia de izamiento de la enseña nacional y allí el comandante de la 308 División, general Vuong Thua Vu, leyó el llamamiento del presidente Ho Chi Minh a los hanoianos.
Durante los últimos ocho años, escribió el prócer independentista, el Gobierno tuvo que evacuar la capital para librar una guerra de resistencia por la independencia, y aunque muy separados, “el corazón del Gobierno siempre ha estado con el pueblo de Hanoi”.
“Gracias a la unidad del pueblo y la valentía del ejército, la paz ha prevalecido y el Gobierno ha regresado a la capital. Ahora estamos reunidos como una sola familia y nuestra alegría es inconmensurable”, señaló.
Para el fundador del Partido Comunista y de la República Democrática de Vietnam, una vez liberada la ciudad lo más importante era mantener el orden y la seguridad.
“Si se mantienen el orden y la seguridad los habitantes de la capital podrán vivir en paz y felicidad”, escribió Ho Chi Minh en el periódico Nhan Dan, en el cual subrayaba que esa tarea, aunque responsabilidad de la policía y el ejército, debería “depender aún más de la iniciativa y la fuerza del pueblo”.
Otras tareas urgentes estaban relacionadas con estabilizar la vida, restaurar y desarrollar la producción, así como garantizar la alimentación y el suministro diario de electricidad y agua a la ciudadanía.
Vale recordar que el momento de su liberación, Hanoi tenía menos de 440 mil habitantes, unos mil 500 establecimientos de producción principalmente artesanales que empleaban a unas cinco mil personas y la agricultura era muy atrasada. Apenas el comercio y los servicios destacaban por su actividad.
Con su completa liberación, Hanoi vino a redimensionarse y convertirse en centro político-administrativo, económico y cultural del país y un apoyo vital para la construcción y defensa del Norte, la liberación del Sur y la reunificación de la nación en 1975.
Cierto que no bastó solo con derrotar al ocupante francés en el Norte y a las tropas norteamericanas y el gobierno títere de Saigón en el Sur, pues una vez finalizado el conflicto bélico Estados Unidos y Occidente impusieron un bloqueo y embargo económico a Vietnam durante casi 20 años.
Además de ello, la compleja situación regional e internacional generaba también diversas desventajas para la nación indochina, que padecía escasez de alimentos y de bienes de primera necesidad, y alrededor de tres cuartos de su población llegó a situarse por debajo del umbral de pobreza.
Fue a partir del proceso de reforma (Doi Moi) emprendido y liderado por el Partido Comunista a partir de 1986 que generó un paulatino viraje en la situación del país en general y de Hanoi en particular.
Hoy la capital vietnamita, con una población de alrededor de 10 millones de personas, presume el hecho de haber logrado en 2023 un crecimiento del producto interno bruto de un 6,27 por ciento, superior al promedio nacional (5,00) de un 5,00.
En 2021, el Comité Partidista de la ciudad emitió el llamado Programa número ocho, con 27 objetivos sobre el desarrollo del sistema de seguridad social, la mejora del bienestar social y la calidad de vida de la población local, de los cuales cumplió ya 14 y espera alcanzarlos todos para 2025.
De hecho, en 2022 la tasa de desempleo fue de solo un 2,23 por ciento, cuando el objetivo fijado para 2025 era mantenerla por debajo de tres puntos porcentuales, la tasa de hogares pobres en la ciudad era sólo de un 0,095 por ciento y el ingreso anual per cápita ronda los seis mil 100 dólares.
Hanoi ocupa hoy el lugar 97 entre las ciudades más inteligentes del mundo y mejoró así tres puestos respecto a 2023, al igual que su ubicación entre las urbes más habitables al descender al escalón 144 desde el 160 de 2022.
Además de los 70 años de su liberación, Hanoi festeja este 2024 los cinco lustros de haber sido proclamada por la Unesco como Ciudad Por la Paz, un título que junto al de Ciudad Creativa otorgado por la propia organización pone de relieve el esfuerzo de la capital vietnamita por reinventarse año tras año.
Hacia dónde avanza Hanoi está definido en la Planificación General de la Capital hasta 2045, con visión hasta 2065, que apunta a convertirla en eje y motor del desarrollo del delta del río Rojo y la región del Norte del país y un gran centro económico-financiero y polo de crecimiento con protagonismo en la economía nacional e influencia regional.
El proyecto apunta además a hacer de ésta una ciudad civilizada, moderna, verde e inteligente donde convergen la élite cultural del país y del mundo, y un centro líder en investigación, innovación, aplicación y transferencia de nueva ciencia y tecnología.
Todo ello sustentado en modelos de desarrollo verde y la economía circular y digital y con el respaldo de la nueva Ley de la Capital, aprobada en junio pasado por la Asamblea Nacional y que entrará en vigor el 1 de enero de 2025.
La novedosa legislación favorecerá sin dudas el desarrollo del turismo, la cultura, la formación, la salud, la ciencia y tecnología, la innovación y la protección del medio ambiente.
Esto, claro está, sin perder su esencia. Esa que, según La “Carta de amor a la capital de mi nación” escrita por Nguyen My Ha, hace que quienes lleguen aquí por cualquier razón quieran quedarse “por la calidez y los pequeños actos de bondad que hacen que la ciudad sea verdaderamente especial”.