Por Kintto Lucas, Firmas Selectas
Derribemos ese muro haciendo conocer al mundo lo que ocurre. Tal vez no podamos ir con pico y pala a derribarlo, pero podemos multiplicar por cientos de millones el grito palestino contra ese muro de la vergüenza.
Antes mencionaba a Pink Floyd intentando derribar con su música los muros de la educación. Ese mismo grupo, en Song for Palestine, de hace muchos años, llamaba a derribar los muros de las cárceles donde estaban los presos políticos palestinos. La canción dice algo así como: “En lo profundo de mi corazón, yo creo, Que vamos a caminar de la mano un día, Y vamos a derribar las paredes de la prisión.
Juntos vamos a derribarlo, los muros de la prisión, en ese día. La verdad nos liberará a todos en ese día. Y venceremos en ese día”. Las canciones también derriban muros y murallas.
Pero el pueblo judío no es parte del poder que maneja Israel. Buena parte de ese pueblo también quiere derribar el muro que los separa de Palestina. El muro de piedra y el muro mental. También quieren convivir en paz. El músico y compositor Moti Deren, de origen judío sefardí, nació en Cuba, caminó por varios países y se hizo ecuatoriano, dónde ha hecho aportes a la música y ha estado comprometido con causas populares. Algunas cantigas judías que ha interpretado, son, de alguna manera, un mensaje intercultural que supera murallas. El excelente cantautor uruguayo Eduardo Darnauchans, que ya se fue hace unos años, grabó un disco de Canciones Sefaradíes que invitan a construir puentes. Los muros también se derriban cuando las culturas se entienden, se respetan e integran. La interculturalidad también derriba muros.
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*De su libro Mi viaje a Ítaca