El que controla el tiempo, controla la situación. El Presidente Tebboune siempre ha sido hábil en el manejo del tiempo, a menudo desconcertando pero nunca perdiendo el control. La primera lección de este anuncio de elecciones anticipadas es el retorno a la normalidad, como señala la APS al analizar la decisión del Presidente Tebboune de convocar elecciones presidenciales anticipadas para el 7 de septiembre de 2024.
Los eventos de 2019, con las elecciones presidenciales aplazadas de julio y las aceleradas de diciembre, alteraron el calendario electoral argelino, desviándolo de su curso tradicional debido a acontecimientos políticos excepcionales.
El anuncio del Presidente Tebboune, por lo tanto, indica oficialmente el fin de la crisis. El Estado argelino ya no está en situación de emergencia. Ha recuperado su estabilidad, sus instituciones han vuelto a su equilibrio y el proceso de toma de decisiones ha sido restaurado. Por lo tanto, la agenda electoral se ha ajustado en consecuencia, siguiendo la norma democrática y restableciendo la tranquilidad institucional y constitucional. Aunque esto signifique acortar su propio mandato, la decisión presidencial parece haber sido guiada por la necesidad de estabilizar el Estado.
La segunda lección es el retorno al pueblo como único árbitro y responsable de las acciones del Presidente. Este anuncio indica la confianza del Presidente Tebboune en su pueblo, en su juicio y en su lucidez. Aunque algunas voces hayan empezado a especular sobre escenarios improbables, la relación directa entre el Presidente y su pueblo desconcierta a sus enemigos y demuestra su conexión cercana con la gente.
La tercera lección es el cálculo geopolítico. Los recientes acontecimientos, como la Cumbre del Gas y los cambios geoestratégicos y de seguridad, probablemente hayan influido en esta decisión. Argelia se enfrenta a desafíos externos que requieren unidad interna y coherencia doméstica.
Las amenazas exteriores se hacen tangibles, reales y palpables, de tal manera que la decisión de acortar el primer mandato se convierte en una necesidad estratégica, una anticipación de turbulencias programadas. El desafío internacional supera al nacional.
Argelia debe exhibir su unidad interna, su cohesión doméstica, con un liderazgo presidencial, un ejército y unas instituciones en completa disposición para prevenir las crisis externas. Estas amenazas ya están tocando nuestras puertas, apuntando directamente a nuestra soberanía y seguridad.
El regreso a la estabilidad, una preocupación central del Presidente Tebboune, debe reflejar su extensión en el mensaje que Argelia envía a sus aliados y a sus adversarios históricos. No se debe subestimar la fragilidad interna; no habrá debilidad frente a la adversidad. Argelia está lista para los desafíos que se le presentan, y el adelanto de las elecciones presidenciales es el testimonio de esta serenidad recobrada.
La última lección radica, sin duda, en la tranquilidad personal del Presidente. No se puede enfatizar lo suficiente que Argelia cuenta con un líder dedicado. Tiene un deber que cumplir y un solo superior: el pueblo. Mientras no haya alcanzado plenamente sus metas, sus promesas solemnes y sus compromisos incuestionables, permanecerá completamente centrado en honrar su pacto con el pueblo argelino. Ha devuelto al ciudadano su dignidad como árbitro supremo.
«Una Nueva Argelia», desde su nacimiento, ha sido objeto de desprecio por parte de los pesimistas, los profesionales del desánimo, los nostálgicos de la corrupción estatal y los traidores internos que se oponen a la emergencia de esta nueva realidad. El camino ha estado plagado de obstáculos, con una tarea monumental, en parte debido a razones sanitarias (Covid), que han demostrado la necesidad de solidaridad entre el Estado y los ciudadanos, pero también debido a factores internos del sistema político, que se ha desviado de su curso.
El retorno a un Estado fuerte exige sacrificios. El Presidente Tebboune ha convertido los sueños, aspiraciones y propuestas de su pueblo en su único compromiso. Se ha convertido en el garante del vínculo generacional entre la Argelia de la Revolución y la Argelia de la Renovación.