domingo 23 de febrero de 2025
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América Latina en el liderazgo de la transición energética

Quito (Prensa Latina) La transición energética gana cada vez más fuerza en América Latina, pero con ritmos y características diferentes en cada país.

Por Adriana Robreño

En entrevista con Prensa Latina, el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), Andrés Rebolledo, destacó que esa área geográfica tiene una posición de liderazgo por los pasos dados hacia la transformación de sus matrices generadoras.

Rebolledo afirmó que en los últimos años se evidencia un liderazgo en la incorporación masiva de matrices renovables y aseguró que es “la región más verde del mundo”, con el 65 por ciento de la electricidad generada a partir de fuentes limpias.

A juicio de Rebolledo la historia de América Latina está marcada por la hidroelectricidad, modalidad que actualmente afronta preocupaciones medioambientales, tanto por las sequías como por los cambios en los regímenes de precipitaciones debido al cambio climático.

Indicó que la región incorporó masivamente otras fuentes no tradicionales, no convencionales, como la tecnología solar, incluso proyectos de energía eólica “offshore”. Pero a pesar del mensaje y las proyecciones optimistas, en ciertos países de América Latina persiste el uso de los hidrocarburos.

Las instalaciones hidroeléctricas a gran escala en la Amazonía son cuestionadas por parte de activistas y comunidades indígenas. Hace dos años la revista Science afirmaba que la construcción desordenada de hidroeléctricas en la cuenca amazónica generó grandes daños ambientales y afectaciones a la calidad de vida de su población.

Los expertos estudiaron 350 represas hidroeléctricas en Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia y concluyeron que esas plantas modifican drásticamente los ecosistemas fluviales, inundan vastas áreas de bosque y provocan la pérdida de hábitats naturales y biodiversidad.

Advirtió que es una realidad que el desarrollo económico y bienestar de los pueblos en América Latina depende de la concreción y desarrollo de inversiones en esa área y consideró que lo ideal sería que cada proyecto armonice con estricto respeto a las regulaciones nacionales, unido al diálogo y la participación comunitaria.

Según explicó, el impacto medioambiental es distinto en dependencia de las tecnologías, “no es lo mismo una central hidroeléctrica de embalse que inunda grandes territorios a hidroeléctricas pequeñas, donde el recurso hídrico vuelve al cauce del río”.

La generación solar, eólica o gas tiene trazabilidades ambientales distintas, más bajas, en comparación con la tradicional energía térmica, con carbón o hidrocarburos que en la región latinoamericana van camino al desuso, argumentó.

Incluso, agregó, hay conversaciones en la región sobre el uso de energía nuclear, no a gran escala, pero sí con reactores más pequeños que puedan atender zonas aisladas.

El titular de la Olade destacó que actualmente el 65 por ciento de la electricidad en Latinoamérica proviene de fuentes limpias, indicador en crecimiento a lo largo del tiempo. A eso se suma que hoy el 100 por ciento de la construcción en términos de plantas de generación son sobre la base de energías renovables (ER).

Naciones del continente sufren en estos tiempos crisis energéticas e incluso racionamientos como consecuencia de las sequías. Ecuador, por ejemplo, no sólo ha tenido apagones programados de hasta 13 horas en algunas localidades por la falta de lluvias, sino también por el exceso de precipitaciones que eleva los sedimentos y obstruye el funcionamiento adecuado de las turbinas de las hidroeléctricas.

Una decena de estados de México también sufrieron en mayo interrupciones del servicio por falta de capacidad de generación en medio de una ola de calor que disparó la demanda. Situación similar llevó a Costa Rica a anunciar también cortes eléctricos, aunque fueron suspendidos gracias al incremento del nivel de las reservas de agua.

De acuerdo con Rebolledo, hay tres factores esenciales para evitar esos problemas: la planificación adecuada y preventiva, y en función de eso tomar las decisiones de inversiones y de proyectos, a largo plazo, por lo tanto deben estudiarse con anticipación.

En esa lógica de contar con una seguridad energética nacional, sugirió fortalecer la lógica de la integración entre naciones como un elemento sustantivo incorporado a la planificación. Países socios, argumentó, venden electricidad a aquellos en crisis para resolver momentos complicados, y ejemplificó con la interconexión Colombia-Ecuador y México-Guatemala.

Y subrayó la importancia de diversificar las tecnologías de generación para evitar la dependencia de la hidroeléctrica, pues hoy el 40 por ciento proviene de esa variante en América Latina y es necesario incorporar otras energías no convencionales.

Las energías renovables son más sostenibles, y competitivas económicamente. De ahí, el creciente interés de países y empresas en los proyectos eólicos y solares, que no es solo una cuestión ambiental, sino también una oportunidad de negocio rentable.

Esas fuentes de energía generan electricidad a menor costo frente a los hidrocarburos, pero no se traducen, necesariamente, en precios más bajos para el consumidor final.

Apuntó que en América Latina, gracias a la incorporación de fuentes limpias se observa menor inflación energética frente a otras regiones, especialmente durante períodos de crisis global como fue la pandemia de Covid-19 y las guerras en Europa.

La Olade señala que entre las naciones a la vanguardia en la transición energética, al incorporar masivamente energía limpia no convencional, se encuentra Chile con el 45 por ciento y, además, con un avance significativo en su almacenamiento para momentos con condiciones poco favorables.

De igual manera, Uruguay incorporó masivamente energía eólica; se suman Paraguay con una amplia experiencia, Colombia con pasos interesantes en su transformación y Costa Rica, que desde hace tiempo tiene una matriz muy limpia y ahora avanza en materia de movilidad eléctrica.

Brasil es un ejemplo en materia de biocombustibles, impulsa la energía eléctrica offshore y se alista para producir automóviles eléctricos, y de esta forma diversifica su enfoque hacia una economía más verde.

Identificador Sitio web Ecos del Sur
Prensa Latina

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La Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina surgió en La Habana, Cuba, el 16 de junio de 1959. Sus primeras señales fueron lanzadas sin espectacularidad, modestamente y en condiciones muy difíciles. Resultó el primer proyecto comunicacional latinoamericano de alcance internacional con una visión alternativa de la realidad regional, eje central de su cobertura hasta nuestros días.
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