«La Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), en nombre de las veintitrés academias de la lengua que la componen, manifiesta su preocupación por la reciente retirada de la página web y las redes sociales en español de la Casa Blanca».
Así comienza la declaración de ASALE, firmada en Madrid, que condena la decisión de Trump de eliminar las versiones en lengua española de las principales herramientas de comunicación del Gobierno de Estados Unidos en un país donde el español, con 57 millones de hispanohablantes según el último informe anual del Instituto Cervantes, es la segunda lengua más usada, solo por detrás del inglés.
«La decisión no se corresponde con el valor de una lengua que hablan hoy más de 600 millones de personas en el mundo y constituye su más rico patrimonio cultural, que atesora la obra de escritores universales como Cervantes, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Camilo José Cela, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa», continúa el texto de ASALE, asociación que aglutina a la RAE (Real Academia Española) y el resto de academias de la lengua española del mundo, incluida la de Estados Unidos y la de Puerto Rico, estado asociado de EE. UU.
En su cruzada contra la inmigración y contra todas aquellas minorías que no sean la américa blanca protestante, el primer presidente convicto de la historia de Estados Unidos, que lleva un mes en el cargo desde su regreso a la Casa Blanca, hizo efectiva esta medida al poco de su investidura, pero el comunicado de ASALE se ha hecho esperar.
Mucho antes llegó la respuesta del Jefe del Estado español. Fue el pasado 5 de febrero, en el contexto de la reunión anual del patronato del Instituto Cervantes.
El rey Felipe VI apuntó que «el español supera con creces a las demás lenguas en la enseñanza secundaria y universitaria» en un país «que alcanzará en 2050 los casi 100 millones de hispanohablantes». Por eso, calificó como «llamativa» la decisión de Trump y confió en que sea «temporal porque, a fuerza de los hechos demoscópicos y democráticos acabará siendo la segunda lengua de más uso y con influencia política».
El comunicado publicado por ASALE se apoya con datos sobre la importancia del español, tanto en el mundo como dentro de Estados Unidos: «El español es la segunda lengua de comunicación internacional, con un desarrollo creciente en el ámbito económico, la enseñanza, las industrias culturales, los medios de comunicación, la traducción y el entorno digital. En la actualidad, el poder de compra hispanohablante representa el 10% del PIB mundial, más de 24 millones de personas aprenden la lengua en todo el orbe y los contenidos en español de las webs más destacadas superan a los expresados en francés y alemán».
«Los Estados Unidos de América son el segundo país con más hispanohablantes, buena parte de ellos nacidos y arraigados desde generaciones. El español es el segundo idioma más hablado en esa nación, después del inglés, y es el principal en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, donde comparte la cooficialidad con el inglés.
El español es también la lengua extranjera más estudiada y el 60% de los alumnos eligen el español como idioma de preferencia. El país concentra más de 8 millones de estudiantes de español, la cifra nacional más alta. El aumento del bilingüismo en sectores profesionales ha tenido gran impacto en la vida pública».
Al mismo tiempo, ASALE destaca «la calidad de los contenidos y servicios que ofrece el portal oficial del gobierno de los Estados Unidos en español» y «su importancia para la comunidad hispanohablante del país», y concluye: «El peso del español de los Estados Unidos en la comunidad universal requiere estímulos que favorezcan su desarrollo ante los desafíos del porvenir. Por ello, la ASALE considera necesario mantener e incrementar todos los recursos que reflejan la representatividad social de una lengua esencial para el país».
ASALE está formada por la Real Academia Española y las academias de la lengua de Colombia, Ecuador, México, El Salvador, Venezuela, Chile, Perú, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Cuba, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Honduras, Puerto Rico, Estados Unidos, Filipinas y Guinea Ecuatorial.