Por Paulo Cannabrava Filho
La iniciativa brasileña, en el contexto de la presidencia rotativa del bloque, marcó la intención de fortalecer la coordinación política entre los países del Sur Global ante el chantaje arancelario impuesto por Estados Unidos.
Durante la conferencia, Lula afirmó que los BRICS deben ser “el nuevo nombre en defensa del multilateralismo”. Criticó duramente las sanciones y tarifas unilaterales aplicadas por EEUU, calificándolas como instrumentos de coerción económica y obstáculos a la cooperación internacional. Propuso incluso refundar el sistema de comercio global, con normas más justas e inclusivas, en oposición al orden actual basado en la imposición de intereses unilaterales.
El presidente chino, Xi Jinping, hizo eco de la crítica al proteccionismo, afirmando que las guerras arancelarias afectan gravemente a la economía mundial y violan los principios del sistema multilateral de comercio. Defendió que los países de los BRICS resistan esas prácticas y profundicen la cooperación en sectores estratégicos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aunque no hizo una declaración directa durante la reunión, manifestó -según el Kremlin- su apoyo al fortalecimiento de la cooperación entre los miembros del bloque.
Este gesto de unidad entre los BRICS contrasta directamente con la postura agresiva de la política exterior de Estados Unidos bajo Trump, que ha utilizado las tarifas como arma política y económica para presionar tanto a aliados como a adversarios.
La línea defendida por los BRICS señala una alternativa de entendimiento y construcción colectiva de soluciones globales, en defensa de la soberanía de los pueblos y de una nueva gobernanza mundial.