Para poder dar con las 300 personas, la plataforma se compromete para 2026 “continuar atendiendo consultas de personas que dudan de su identidad” y a “seguir realizando campañas para que la pregunta sobre el origen siga vigente”.
En el texto, urgen que la sociedad comprenda el valor del derecho a la identidad y llaman a preservar la memoria para evitar “la repetición de los crímenes de lesa humanidad”.
Las Abuelas—que en julio pasado encontraron al nieto 140— piden apoyo en su portal web, con el fin de optimizar la esquematización de la información de cada persona que registran —o posibles nietos— para presentarla ante la Justicia y a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.
El 24 de marzo de 1976, un golpe militar —respaldado por la oligarquía local y coordinado desde Washington— derrocó a las autoridades legítimas e instauró un régimen dictatorial marcado por el Terrorismo de Estado, con prácticas sistemáticas de señalamiento, persecución, secuestro, tortura, asesinato, desaparición forzada y apropiación de bebés de miles de familias sospechadas de simpatizar con el comunismo.
En 1977, nacieron las Abuelas de la Plaza de Mayo, una organización de derechos humanos conformada principalmente por las madres que buscaban a sus hijos o hijas desaparecidas y, a su vez, a los hijos de estos nacidos en cautiverio que fueron robados y recolocados unilateralmente en otros grupos familiares.
Con la llegada del presidente ultraderechista Javier Milei —que defiende al antiguo régimen dictatorial—, esta organización ha afrontado desafíos ante la desinversión sistemática estatal; que entre los afectados están los organismos defensores de los derechos humanos que abogan por una no repetición.