A través de un comunicado, el bloque integracionista denunció el hecho como un ataque directo al pueblo.
Añadió que afecta su bienestar y desarrollo con enormes consecuencias en su salud física y psicológica, impidiendo el desenvolvimiento de su rutina y a las comunicaciones, e impidiendo el desenvolvimiento de su rutina habitual, adquirir alimentos y medicinas, trabajar, entre otras cosas.
“La Alianza Bolivariana apoya todas las acciones del Gobierno venezolano para recuperar la normalidad, determinar los responsables y devolverle la tranquilidad a un pueblo noble y trabajador, que ha sabido superar cada ataque con mucha resiliencia y que no tiene otro horizonte que el progreso y que el bienestar.
Por último, el ALBA-TCP repudia contundentemente la violación directa, descarada y flagrante de los derechos humanos del pueblo venezolano y exige que cese el hostigamiento a esta nación hermana.
El sabotaje, perpetrado durante la madrugada, provocó afectaciones totales o parciales al suministro eléctrico en los 24 estados y el distrito capital. A pesar de sus dimensiones, la población salió a trabajar y a desarrollar sus habituales actividades. En el país suramericano reinan la calma y la tranquilidad.
En una condena al hecho, planificado por la extrema derecha, el canciller Yván Gil ratificó que el Gobierno Bolivariano protegerá a los venezolanos y que las pretensiones de los criminales serán derrotadas nuevamente.
Recordó que «la oposición fascista en Venezuela amenazó con atacar el Sistema Eléctrico Nacional» y que recurre a tratar de hacer daño a servicios básicos y castigar al pueblo «ante la debacle política a la cual se enfrentan.
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