La administración de Musk cumplió 22 meses tres días antes de que la plataforma fuera bloqueada en Brasil durante la madrugada del sábado 31 de agosto.
Una de las promesas del multimillonario durante el proceso de adquisición fue poner fin a la proliferación de robots que, según él, infestaban el antiguo Twitter.
Bots que responden a autoridades públicas con indicios de uso de inteligencia artificial (IA) son un ejemplo de la crisis actual. Los perfiles, verificados, tienen preferencia en el algoritmo de la red y aparecen en la parte superior de la lista de respuestas a las publicaciones de jefes de Estado.
El periódico encontró 20 cuentas que realizaban miles de publicaciones en varios idiomas. En algunas de ellas aparecían frases comunes en respuestas de ChatGPT, como «hasta la fecha límite de mi conocimiento» y «como un modelo de lenguaje de IA».
Uno de estos perfiles, el del israelí Tomer Rozenberg, en un solo día habla en francés con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, comenta en portugués los logros del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y conversa en alemán con el director general de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Tedros Adhanom.
Rozenberg declaró a Folha que produce respuestas a autoridades de todo el mundo con ChatGPT.
Con esta táctica, el escritor de autoayuda consiguió 20 millones de visualizaciones y 3.700 seguidores en tres meses. Y espera usar estos activos para promocionar su trabajo.