El secretario jefe del Gabinete japonés, Minoru Kihara, aseguró que su país no ha cambiado su política, manteniendo una posición firme en torno a sus tres principios no nucleares, que prohíben la posesión, el desarrollo o el uso de este tipo de armas.
Sin embargo, se negó a comentar las declaraciones del funcionario anónimo o si esa persona permanecerá en su cargo en el Gobierno.
La cuestión de las armas nucleares es altamente sensible para Japón, al ser el único país que ha sufrido bombardeos atómicos.
A pesar de que EE.UU. fue el culpable directo de aquella tragedia, Tokio mantiene una alianza de seguridad con Washington, y el país alberga una gran concentración de fuerzas militares estadounidenses.
El tema surge en medio de tensiones en la región. Las relaciones entre Tokio y Pekín se deterioraron el mes pasado después de que la primera ministra del país nipón, Sanae Takaichi, dijera que un ataque chino a Taiwán que también amenazara a Japón podría constituir una «situación que amenace su supervivencia» y desencadenar una respuesta militar.