Folha de S.Paulo                Noviembre 21, 2024

   Por Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de Brasil y Keir Starmer, Primer Ministro  del Reino Unido.

   El mundo necesitará cada vez más energía limpia y renovable para fortalecer nuestra seguridad energética y, sobre todo, combatir el cambio climático.

   Inundaciones e incendios forestales en Brasil, temperaturas récord en el Reino Unido: los impactos del cambio climático son cada vez más evidentes. Para afrontar este desafío, es esencial una transición global hacia fuentes de energía limpia.

   Esto representa una gran oportunidad: una ocasión para impulsar el crecimiento económico, crear empleos de calidad y generar mayor estabilidad, tanto nacional como internacional.

   Las oportunidades de inversión son igualmente enormes, representando cerca de 7 billones de dólares para la economía global. Este camino abarca una amplia gama de tecnologías: turbinas eólicas y paneles solares que aprovechan la energía del viento y el sol; captura, almacenamiento y uso de carbono, hidrógeno limpio y biocombustibles sostenibles que descarbonizan sectores como el transporte, incluida la aviación.

   En el Reino Unido, hemos asumido la misión de alcanzar un sistema de energía limpia para 2030. Por ello, creamos Great British Energy, una empresa pública británica destinada a invertir en energía limpia, acelerando enormemente la inversión en energías renovables y eliminando barreras innecesarias para la infraestructura vital del sector energético.

   En Brasil, donde ya contamos con cerca del 90% de nuestra matriz eléctrica limpia y sostenible y el 50% de nuestra matriz energética total renovable, muy por encima de la media mundial, con una larga experiencia en biocombustibles, aún podemos avanzar mucho más. Recientemente lanzamos un proyecto llamado Combustible del Futuro para acelerar el uso de combustibles sostenibles en la aviación y maquinaria, promoviendo la mezcla de etanol con combustibles fósiles y la adopción de autos híbridos que funcionan con electricidad y biocombustibles.

   Estamos orgullosos de estar unidos como líderes en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la realidad es que el mundo no está en el camino correcto para alcanzar sus metas climáticas. Necesitamos limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5 °C. Para ello, queremos impulsar el progreso en tres áreas clave.

   En primer lugar, necesitamos ser audaces. Tanto Brasil como el Reino Unido han anunciado Nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) en la COP29, en Bakú, estableciendo metas ambiciosas para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Alentamos encarecidamente a otros países, particularmente a las economías del G20, responsables de alrededor del 80% de las emisiones globales, a presentar los recortes necesarios para que el mundo se encamine en la dirección correcta.

    En segundo lugar, necesitamos financiamiento. Actualmente, los mercados emergentes y las economías en desarrollo reciben solo el 15% de las inversiones en energía limpia. La Agencia Internacional de Energía estima que esta cifra debe multiplicarse por seis para el inicio de la década de 2030. Brasil lidera el camino con su nueva plataforma de inversión, diseñada para movilizar flujos mucho mayores de capital privado hacia sus proyectos de transición climática. Queremos ayudar a otros a seguir este modelo y aumentar drásticamente la inversión del sector privado, conectando a los inversores con grandes proyectos sostenibles en todo el mundo.

   En tercer lugar, necesitamos alianzas. Países con ideas afines, trabajando juntos con un objetivo común, pueden lograr grandes cosas. El lunes (18), Brasil lideró la creación de una nueva Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que reunirá recursos, políticas públicas y nuevas tecnologías para ayudar a las personas más vulnerables del mundo. El Reino Unido fue uno de los primeros países en unirse a la iniciativa.

   Y, este martes (19), lanzamos conjuntamente una nueva Alianza Global por la Energía Limpia, que reúne a diversos países -desarrollados y en desarrollo, del Norte y del Sur- con un objetivo claro: ayudar a triplicar la capacidad de producción de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030, como se establece en el Global Stocktake, un balance global de la ONU para monitorear los avances del Acuerdo de París.

   La alianza trabajará en misiones específicas, comenzando con la eliminación de barreras al financiamiento.

   Apoyaremos iniciativas que permitan a los países en desarrollo atraer las inversiones necesarias para alcanzar sus metas climáticas. También ofreceremos apoyo y asistencia técnica para ayudarlos a desarrollar una serie de proyectos capaces de atraer financiamiento privado, creando empleos de calidad y generando crecimiento y prosperidad, mientras reducen las emisiones de carbono.

   Tanto la Alianza Global para la Energía Limpia como la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza continuarán creciendo y desarrollándose. Estamos orgullosos de haber dado estos primeros pasos juntos en la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro. Es un reflejo de los lazos cada vez más fuertes entre nuestros dos países.

   El próximo año celebraremos 200 años de relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Brasil. Será un momento no solo para conmemorar, sino también para profundizar aún más nuestra cooperación.

   Al fin y al cabo, nosotros, brasileños y británicos, compartimos muchas cosas, no solo el amor por el fútbol, sino también la determinación de mejorar la vida de los trabajadores y afrontar los desafíos globales que cada vez afectan más nuestras vidas.

   Esto impulsa los pasos que hemos dado esta semana y es el combustible para nuestra ambición de trabajar aún más unidos en el futuro.