Esta es la carta:
Estados Unidos no tiene derecho de criticar las reformas judiciales de México
Con relación al editorial del 26 de agosto del Washington Post, “La ‘reforma’ judicial de AMLO tiene que desaparecer”:
México está en un proceso para llevar a cabo una muy necesaria reforma a su sistema de justicia, con el propósito de fortalecer y reforzar su transparencia y eficiencia. Tales son valores que comparten tanto EEUU como México.
Sin embargo, tanto el embajador estadounidense Ken Salazar como The Washington Post han criticado este ejercicio nacional argumentando que la elección directa de magistrados y jueces -una característica importante de la iniciativa, pero no el único cambio bajo consideración- de alguna manera amenaza la democracia mexicana. Esto es a la vez preocupante y desconcertante.
Contrariamente al argumento del Post según el cual los asuntos internos de México son un asunto de interés hemisférico, esa interferencia es contraria al principio reconocido por la ONU de que las naciones tienen el deber de no intervenir en asuntos que son de la jurisdicción interna de otro Estado.
Y la naturaleza específica del argumento esgrimido por el Post y Salazar sugiere un doble rasero: lo que es virtud en EEUU es un defecto en México.
Cabe destacar que en Estados Unidos muchos estados eligen (en votación popular) a los miembros del poder judicial. Los estadounidenses parecen considerar que esta práctica es confiable y México nunca ha sugerido que la democracia estadounidense esté en peligro debido a esto. La buena vecindad se ha extendido al respeto de México por la propuesta más reciente del presidente Joe Biden para reformar la Corte Suprema de Estados Unidos, publicada por el Post el 29 de julio.
Sin duda, una reforma judicial integral merece un amplio debate interno, como el que tuvo lugar en México durante el reciente proceso electoral. Pero, así como México respeta el derecho de EEUU a la autodeterminación a través de sus procesos políticos, incluso cuando los resultados de estos no favorezcan los intereses mexicanos, EEUU debe mostrar el mismo respeto por la búsqueda soberana de México de un poder judicial más transparente, responsable e independiente, que se lleve a cabo a través de nuestros procedimientos jurídicos constitucionales internos.
El pueblo mexicano es capaz de juzgar lo que es mejor para sus propios intereses. EEUU no debe privarlo de sus derechos sugiriendo lo contrario.
También vale la pena señalar que, con la mayoría obtenida en las elecciones de junio en México, la presidenta electa podría simplemente llenar la Suprema Corte mexicana con sus partidarios, como hacen los líderes de muchos otros países. Su apoyo a las elecciones directas del Poder Judicial es una expresión de apoyo a la democracia mexicana y a la independencia judicial de cualquier gobierno o líder.
México seguirá abierto a cualquier diálogo constructivo y a cualquier intercambio de ideas que esté en línea con nuestros valores democráticos, siempre y cuando esas conversaciones se basen en el profundo respeto que México y EEUU tienen entre sí y por su soberanía.
Somos vecinos, somos amigos y somos socios en el crecimiento, en la construcción de la prosperidad para nuestro futuro común.
Juan Ramón de la Fuente, Ciudad de México
Marcelo Ebrard, Ciudad de México
(Los autores han sido designados para servir como Secretario de Relaciones
Exteriores y Secretario de Economía, respectivamente, por Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México.)