Esta ley interfiere gravemente en los asuntos internos de China, socava sus intereses y envía una señal equivocada a las fuerzas de la «independencia del Tíbet». China se opone firmemente y ha presentado una protesta ante la parte estadounidense.
La esencia del llamado proyecto de ley relacionado con Xizang es contener a China con cuestiones relacionadas con Xizang. La red de mentiras tejida en torno a este asunto no difiere de las diversas invenciones propagadas en los últimos años por las fuerzas antichinas de Occidente para empañar la imagen de China.
Xizang forma parte de China desde la antigüedad. Los asuntos de Xizang son asuntos internos de China que no admiten la injerencia de ninguna fuerza externa. Xizang goza hoy de estabilidad y armonía social, con un sólido rendimiento económico y el bienestar de la población está bien protegido.
Xizang está haciendo nuevos progresos en su búsqueda de gestionar eficazmente su sociedad, mantener la estabilidad social y lograr un desarrollo de alta calidad. Nadie ni ninguna fuerza debe intentar jamás desestabilizar Xizang para contener y reprimir a China. Tales intentos nunca tendrán éxito.
¿Por qué algunas fuerzas políticas occidentales difaman persistentemente a China?
Principalmente, porque están obsesionadas con la lógica hegemónica y la política de poder y no desean que China se desarrolle sin trabas. Crean temas para difamar a China en diversos campos, con el objetivo de empañar la imagen de China en la opinión pública internacional y, a menudo, utilizan las mentiras como excusa para imponer las llamadas sanciones con el fin de apretar el espacio de desarrollo de China.
Manufacturar distintos proyectos de ley y distorsionar los hechos utilizando los medios de comunicación son herramientas importantes en su campaña contra China.
Sin embargo, a medida que las mentiras se multiplican y se hacen cada vez más burdas, la eficacia de la máquina estadounidense de fabricar mentiras disminuye. Muchas personalidades internacionales, incluidos políticos y académicos, han rebatido las infundadas calumnias contra China, relatando objetivamente lo que han visto en China.
La embajadora de Mozambique en China, Maria Gustava, que ha visitado Xizang, afirmó que algunos medios de comunicación occidentales exageran el supuesto problema de los derechos humanos en Xizang, no porque les importen las vidas de los habitantes de Xizang, sino con fines ideológicos y hegemónicos.
La obsesión de los políticos estadounidenses por fabricar mentiras no solo no consigue debilitar a sus oponentes, sino que erosiona aún más su propia credibilidad en la comunidad internacional.
La parte estadounidense debe tomar medidas concretas para cumplir sus compromisos de reconocer a Xizang como parte de China y no apoyar la «independencia del Tíbet». Estados Unidos no debe implementar el proyecto de ley.
Si Estados Unidos sigue por el camino equivocado, China tomará medidas decididas para defender con firmeza su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo.
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