Ensayos demuestran que estas vacunas, aunque no curan la enfermedad, consiguen la reducción de los tumores y permiten una etapa estable del padecimiento, aumentando esperanza y calidad de vida de los pacientes.
Cuba ya había marcado un hito en 2012 al patentar la primera vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón avanzado a nivel mundial, la cual recibe el nombre de CIMAVAX-EGF y, en 2013, lanzó una segunda, Racotumomab.
El experto y físico nuclear con un doctorado en Farmacología Clínica, Normando Iznaga Escobar, indicó que las vacunas se dividen en dos categorías. Explicó que los fármacos de soporte ayudan a mitigar los efectos adversos de la radio y quimioterapia, mientras que los específicos, dirigidos a blancos tumorales, han mostrado una respuesta antitumoral más significativa.
Además, detalló que sobre esos productos que el CIM exporta a 26 países de América Latina, Asia y África y han abierto una esperanza para los pacientes con cáncer, dolencia que solo en Cuba provoca más de 20,000 muertes anuales.
Escobar forma parte del equipo de la comercializadora de productos biofarmacéuticos CIMAB S.A., representante exclusivo del CIM, que elaboró los nuevos medicamentos biológicos destinados al tratamiento del cáncer y otras enfermedades, productos que son exportados a distintos países del mundo.
El CIM también ha establecido una empresa mixta en China, BiotechPharmaceutical Ltd., que fabrica anticuerpos monoclonales para el tratamiento de esta enfermedad.
Actualmente está en la fase 1 de ensayos clínicos en 34 centros de investigación en siete países. Esta vacuna, administrada junto con inmunoterapia, está siendo evaluada por su efectividad y seguridad.
Estos productos, junto con nuevas investigaciones, están siendo consideradas como tratamientos prometedores en varios países, incluyendo España, Estados Unidos y Alemania.
El profesor Siow Ming Lee, oncólogo del University College de Londres, lidera los ensayos en el Reino Unido, destacando su capacidad para atacar antígenos específicos en células cancerosas, lo que representa un avance radical en el tratamiento del cáncer.
La comunidad científica observa con optimismo el desarrollo de estas vacunas, que podrían salvar innumerables vidas y abrir una nueva era en la lucha contra esta devastadora enfermedad.