Aunque esta cifra representa una disminución del 41% comparada con la de 2023, la migración irregular sigue siendo un reto para Panamá.

El presidente de la República, José Raúl Mulino, así lo reconoció en su último discurso en la Asamblea Nacional, señalando que las rutas del Darién por la que entran los migrantes han sido controladas y al día de hoy “se trabaja para que los migrantes irregulares no lleguen a la ciudad o el resto del país”.

Por otro lado, Panamá ha colaborado con los Estados Unidos en un Memorándum de Entendimiento que ha permitido la realización de más de 15 vuelos de repatriación para migrantes de diferentes nacionalidades, con el fin de reducir la migración irregular sin precedentes a través de la frontera entre Colombia y Panamá.

El Darién en cifras:

De los 302.203 migrantes, unos 237.439 son personas adultas, un 51% siendo hombres y 28% mujeres. Sin embargo, más de 60 mil niños pasaron por esta selva, 11% siendo niños y 10% niñas.

Ambas cifras demuestran una gran disminución en comparación al 2023, en el que la migración en adultos alcanzaba a más de 400 mil personas y el total de menores de edad que pasaron a través del Tapón del Darién llegó a 113.000 niños y niñas.

Por otro lado, los meses del 2024 con más concurrencia de personas en esta frontera fueron desde enero a marzo cuando se reportaron más de 35 mil personas al mes.

Esos meses ya demostraban un alza en el tránsito por la ruta, pues en 2023 solo marzo supera las 35 mil personas, mientras que enero y febrero llegaron a 24 mil.

El año pasado, febrero fue el mes en el que más migrantes irregulares utilizaron la vía para seguir camino hacia Estados Unidos, alcanzando el número de 37.166.

En cambio, los tres últimos meses del 2024 se registró una baja en el flujo de personas cruzando el Darién superando incluso las cifras más bajas del 2023. En octubre del año pasado solo 22 mil personas pasaron por la frontera entre Panamá y Colombia, mientras que en noviembre el número disminuyó a la mitad y en diciembre menos de cinco mil pasaron por Tapón del Darién.

Para el año 2023, el número de ingresos más alto fue de 81.946 en agosto. De octubre a diciembre también se registraron altas cifras de paso por esta frontera natural. En octubre casi 50 mil pasaron por el Darién mientras que en noviembre unas 37 mil y en diciembre 24 mil.

En cuanto a la nacionalidad de las personas, se encuentran en primer lugar la venezolana con una cantidad de 209.897 personas. La segunda más recurrente es la colombiana, con unos 17.529 migrantes irregulares. Esta es seguida por países como Ecuador, China y Haití con números entre las 11 mil y 16 mil personas.

Mientras que la cantidad de migrantes de otros países de América Latina como República Dominicana y Perú; países asiáticos y africanos que también pasaron por no superan las mil personas por nacionalidad.

Los siguientes retos

En 2024, Panamá logró reducir de manera notable la cantidad de migrantes irregulares que transitan por su territorio gracias a la implementación de la Operación Flujo Controlado del Servicio Nacional de Migración.

Esta estrategia ha permitido gestionar de forma más eficiente y organizada el flujo migratorio, mejorando el monitoreo de las rutas y contribuyendo a la seguridad fronteriza. Sin embargo, a pesar de estos avances, el país aún enfrenta importantes retos en la gestión de la migración irregular.

Entre los desafíos más destacados se encuentra la necesidad de mejorar la infraestructura y los recursos en los centros de recepción y atención a migrantes, garantizando condiciones dignas y seguras para estas personas.

Asimismo, es fundamental fortalecer la cooperación internacional y regional para combatir eficazmente las redes de tráfico y trata de personas, que continúan aprovechándose de las vulnerabilidades de los migrantes.

Por último, Panamá debe seguir trabajando en la creación de una ruta única buscando el apoyo de más países en la región.

Este enfoque permitiría centralizar el flujo migratorio, facilitando un control más efectivo, garantizando la seguridad de los migrantes y reduciendo los riesgos asociados al uso de rutas no oficiales, como el paso por el peligroso Tapón del Darién. No obstante, diseñar y mantener esta ruta exige una coordinación internacional robusta, recursos logísticos significativos y un marco legal claro que respalde su implementación.