Tendrá una duración de cinco semanas y está organizado y administrado por el Comando Indo-Pacífico de la Armada de los EEUU, en las islas de Hawaii y sus alrededores, e involucra a 29 estados, incluido Israel.
Durante años, organizaciones indígenas, climáticas y antimilitaristas se han opuesto a este ejercicio por su rol en el avance del imperialismo estadounidense y de los intereses coloniales europeos en los océanos Índico y Pacífico, además de afianzar el militarismo y la destrucción de las tierras indígenas y el hábitat natural de esta sensible región.
A pesar de su genocidio en curso, transmitido en vivo, contra 2,3 millones de palestinos en Gaza, que ha asesinado a más de 37.000 palestinos en poco más de ocho meses, el Israel del apartheid participará en RIMPAC 2024, uniéndose a otras potencias occidentales en este ejercicio.
A lo largo de los meses, la impunidad de Israel y su desafío al derecho internacional han alcanzado nuevos niveles, incluido el desacato de las órdenes de la Corte Internacional de Justicia, que ha reconocido la guerra de Israel contra Gaza como un “genocidio plausible”, y las exigencias del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU por un alto el fuego inmediato.
El Consejo de DDHH de la ONU, organizaciones internacionales de DDHH, un número cada vez mayor de Estados y expertos en DDHH de la ONU, han pedido un embargo militar contra Israel. Se trata de una obligación jurídica internacional para poner fin al genocidio de Israel en Gaza, así como a su sistema subyacente de apartheid colonial y ocupación militar.
Israel ha sido capaz de continuar durante décadas con sus atroces crímenes contra los palestinos nativos, únicamente gracias al apoyo que recibe de las potencias occidentales encabezadas por EEUU.
Su participación en RIMPAC 2024, si bien está acusado de genocidio plausible, ejemplifica esta complicidad.
Desde las islas hawaianas hasta las islas Jeju, desde Okinawa hasta Guam, las organizaciones de base han estado desafiando al RIMPAC, un emblema de la hegemonía imperialista liderada por EEUU en los océanos Índico y Pacífico.
Lamentablemente, naciones del sur global como Indonesia, Malasia, India, Chile, Colombia, Ecuador, México y otras también participarán en este ejercicio.
El control del “Indo-Pacífico” ha sido una quimera colonial durante siglos, y al arrastrar a otras naciones a su carrera armamentista, las fuerzas del norte global lideradas por EEUU, están creando hostilidades para la región al tiempo que refuerzan ideologías patriarcales y militaristas que benefician principalmente a industrias militares, compañías petroleras y potencias financieras.
Las bases estadounidenses, en varias islas del Pacífico (Okinawa, Hawaii, Guam y más), han destruido el delicado hábitat, contaminado los recursos y militarizado las comunidades. Los militares estadounidenses han estado involucrados en hechos de violencia sexual y otras formas de violencia.
Organizaciones de base han expuesto la destrucción de los acuíferos en Oahu, Hawaii, por las bases navales y militares estadounidenses y los ejercicios de guerra, el peligro de los arrecifes de coral y las especies vulnerables de dugongo en Henoko, Okinawa, entre otros casos.
En América Latina, el imperialismo militar estadounidense ha estado causando grandes estragos durante más de un siglo, permitiendo golpes de estado y dictaduras, financiando y distribuyendo equipo militar para escuadrones de la muerte y grupos paramilitares que invaden tierras y masacran a comunidades indígenas y tradicionales.
En México, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, grupos de la sociedad civil han estado protestando contra el ejercicio y pidiendo a los gobiernos de la región que no participen.
Las naciones que están aún recuperándose de la devastación del colonialismo y las guerras imperiales, están participando en su propia pérdida de poder al unirse a este proyecto, que a su vez recompensa a Israel por su genocidio contra el pueblo palestino.
Nos unimos a las organizaciones feministas, indígenas, climáticas y antimilitaristas de todo el mundo, para oponernos al RIMPAC 2024.
La participación en el RIMPAC 2024 es complicidad con el eje criminal EEUU-Israel.
Hacemos un llamado a los movimientos de todos los Estados participantes, especialmente de aquellos que afirman defender los derechos de los palestinos, a que presionen a sus gobiernos para que se retiren del mismo. Los Estados que ya han impuesto embargo militar o sanciones diplomáticas a Israel, nunca deberían participar en el RIMPAC 2024 junto con el régimen genocida.
Juntos podemos hacer prevalecer la autodeterminación de nuestros pueblos.