El atentado con explosivos contra la base castrense del pasado martes en Arauca (este), que ocasionó además lesiones a otros 25 efectivos, fue reivindicado por el Frente de Guerra Oriental de la mentada insurgencia.
El hecho llegó asimismo en un momento de muchas tensiones entre las partes debido a la imposibilidad de llegar a un acuerdo para prorrogar el cese al fuego que estuvo vigente durante un año y que expiró el pasado 3 de agosto, y cuando la mesa de diálogos permanecía congelada desde hacía más de cuatro meses, según lo decretó el ELN.
Inmediatamente que se conoció el suceso, el presidente Gustavo Petro lo condenó y lo calificó como una acción que prácticamente cerraba el proceso de paz “con sangre”.
Otro de los funcionarios que se pronunció en términos muy firmes fue el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Declaró que para hablar de paz se necesitan dos, y que el grupo armado no parece interesado en un proceso de paz, sino simplemente en estar sentado en una mesa.
“No soy muy optimista, soy pesimista ante la voluntad de paz del ELN. El gobierno ha actuado con generosidad y al ELN los dejó el tren de la historia”, afirmó.
Al día siguiente, la Delegación del Gobierno en diálogos con esa guerrilla emitió un comunicado en el que refrendaba el anuncio realizado por Petro en la jornada anterior.
“Durante estos meses el Gobierno ha hecho llegar al ELN múltiples propuestas. Hoy el proceso de diálogos queda suspendido. Su viabilidad está seriamente lesionada y su continuidad solo puede ser recuperada con una manifestación inequívoca de la voluntad de paz del ELN”, refirió la comunicación.
En respuesta, el comandante de esa insurgencia, Antonio García, escribió en sus redes sociales que, aún en medio de las operaciones militares, pueden continuarse los procesos de paz y añadió que eso se ha hecho en varios momentos de diferentes gobiernos y que ahora no puede ser la excepción.
Insistió en que el proceso de paz entre el Gobierno y el ELN permanecía congelado, según alegó, por incumplimientos de acuerdos de la contraparte, y refirió que el grupo armado dio un compás de espera buscando recomponer el cese, pero no fue posible.
Esto último en referencia a la solicitud realizada por la guerrilla de ser eliminada de la lista de Grupos Armados Organizados, conocida como GAOS, lo que el consejero comisionado de Paz consideró como una condición muy difícil pues requería de la confección de una ley para cuya aprobación no existían las condiciones propicias en el Congreso.
Por otra parte, reclamó que el ministro de Defensa y el comandante de las Fuerzas Militares ordenaran reanudar las operaciones ofensivas contra el ELN ante la imposibilidad de que se prorrogara el cese al fuego.
A esto, el presidente Petro contestó en su red social X que “se rompe un proceso de paz si se rompe la vida de los jóvenes y se hace sufrir a las familias pobres”.
“Si el ELN no quiere romper el proceso de paz, dígalo. No se silencien, que la paz es para gritarla y la violencia para enterrarla. No es a los jóvenes a quienes se entierra, es a la violencia a quien se entierra”, manifestó.
Por su parte, la jefa negociadora del Gobierno, Vera Grabe, declaró a medios que las pláticas están suspendidas, pero que permanecerán atentos a cualquier manifestación de voluntad de paz por parte de la guerrilla.
En tanto, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró que la Fuerza Pública multiplicará sus labores para combatir con todas sus capacidades a los grupos armados ilegales que no están en un proceso de paz o con quienes no exista un cese al fuego.
“Frente a esta clara demostración del ELN, que no tiene ninguna disposición de paz, los esfuerzos de las Fuerzas Militares igualmente se tienen que redoblar”, recalcó.