Díaz-Canel advirtió en la magna cita que el imperialismo persiste en su proyecto de dominación “sobre nuestras tierras, financia y promueve la violencia, la desestabilización y los discursos de odio”.
El mandatario llamó al respeto y cumplimiento de los postulados de la proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
“Que la región siga siendo reconocida internacionalmente por su compromiso con la paz y la estabilidad regional es un asunto de máxima importancia para el presente y el futuro de los pueblos”, subrayó.
En otro momento de su alocución, el jefe de Estado felicitó al pueblo venezolano por el desarrollo del nuevo proceso electoral en un clima de paz y en apego a su constitución, a la vez que manifestó su rechazo a las injerencias e imposiciones externas que pretenden influir en el funcionamiento de las instituciones de la República bolivariana.
Díaz-Canel además reiteró la más enérgica condena a la violenta irrupción de la policía ecuatoriana en la sede diplomática de México en Quito.
Reconoció a los “hermanos nicaragüenses que resisten el asedio mediático, y los intentos injerencistas del imperialismo para quebrantar su orden constitucional”, así como expresó su apoyo y respaldo a Bolivia en la defensa de su soberanía.
Indicó que la comunidad internacional tiene una gran deuda con el pueblo haitiano, que fue sometido a repudiables castigos por potencias imperiales. Haití necesita asistencia y cooperación para el desarrollo, señaló el mandatario, quien recordó que su país ha ofrecido al pueblo de esa nación caribeña cooperación fraternal y desinteresada y aun en las circunstancias actuales mantiene una brigada médica allí que brinda servicios.
El dignatario también expresó su apoyo a la independencia del pueblo puertorriqueño y manifestó su solidaridad con los argentinos, al tiempo que aseguró que el Caribe siempre encontrará en el ALBA un aliado en la defensa de sus intereses.
Afirmó que el ALBA-TCP es la alianza de la solidaridad y de la cooperación, vencedora del pragmatismo egoísta que solo apuesta a las ganancias y al mercado y recordó todos los logros del bloque que beneficiaron a millones de ciudadanos de la región, en el orden social.
Durante su alocución, Díaz-Canel demandó el ingreso inmediato del Estado de Palestina como miembro pleno de la Organización de Naciones Unidas. “No podemos ser indiferentes ante el crimen cotidiano que hace 75 años se comete contra el hermano pueblo palestino.”
Reiteró su condena al genocidio que se comete contra el pueblo palestino, y manifestó que nadie puede justificar la brutal escalada sionista, las graves violaciones al derecho internacional y los crímenes de guerra y deshumanidad que han convertido una “mínima Franja de tierra habitada en campo de entrenamiento de un ejército sanguinario”.
El presidente cubano advirtió que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe cumplir su mandato y poner fin a la impunidad de Israel, potencia ocupante, antes que la cuestionable credibilidad de sus resoluciones termine de desaparecer entre los escombros de Gaza.
Apreció el apoyo del mecanismo de integración en la lucha por el fin del bloqueo del gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano y la exclusión de la isla de la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo.
Manifestó que Cuba continuará su lucha hasta que Washington levante el cerco económico, comercial y financiero, política a la que calificó de cruel, inmoral e injustificable.
El presidente cubano aseveró que su país merece vivir en paz, y en igualdad de condiciones demostrar todo lo que sería capaz de avanzar y construir en socialismo. Nuestro compromiso con la integración y la unidad es invariable, subrayó el jefe de Estado, quien expresó la voluntad de su país de trabajar sin cansancio por un ALBA-TCP de victorias, paz, unidad, solidaridad y cooperación.