Por Cira Pascual Marquina

   Carlos Ron es Viceministro de Relaciones Exteriores para América del Norte y encabeza el Instituto Venezuela Simón Bolívar, que promueve la paz y la solidaridad entre los pueblos del mundo.

P: La Doctrina Monroe, ahora de 200 años, ha estado históricamente vinculada al derecho autoasignado de los EEUU a la hegemonización de América del Norte y del Sur. Por el contrario, la Revolución Bolivariana promueve lo que se conoce como Diplomacia Bolivariana. Puedes explicar estas dos visiones opuestas?

CR: Este continente ha estado luchando por más de 200 años. Incluso, antes del famoso discurso de Monroe, existía la idea de que los EEUU tenían algún tipo de derecho a todo el continente. Las trece colonias lograron primero la independencia, creando un sistema republicano que se consideraba una mejora sobre las monarquías absolutistas de Europa. Por esa razón, se sentían destinados a expandir su sistema. Desde el principio, vieron el sur del continente como su territorio. Ellos sintieron que era su destino controlar todos los territorios.

Sin embargo, la perspectiva de la incipiente república estadounidense -concebida por y para los hombres blancos terratenientes- marcadamente contrastada con la bolivariana. La concepción bolivariana también era republicana, pero se oponía a todos los aspectos de la opresión colonialista. En otras palabras, los revolucionarios en Sudamérica tenían como objetivo derrotar el absolutismo y crear una república, pero también lucharon para lograr la emancipación social.

Inspirado por la Iluminación y la Revolución Francesa, Bolívar imaginó una transformación social radical que incluiría la reforma agraria, la abolición de la esclavitud y la educación universal. Es decir, la transformación que tenía en mente no se limitó a un cambio de gobernantes; nuestra Revolución de Independencia se trataba de cambiar por completo la sociedad.

La visión de Bolívar incluía no sólo la independencia de todas las colonias, sino también la unificación de Sudamérica. El proyecto bolivariano fue un proceso de liberación nacional, no expansionista. Es clave para entender nuestra Revolución de Independencia. Bolívar entendió que los países sudamericanos necesitaban ser fuertes y tratar con otras naciones en igualdad de condiciones, por lo que la integración era necesaria. Sin embargo, respetar los intereses de cada país anteriormente colonizado era igual de importante.

Bolívar buscó la unidad de las antiguas colonias en beneficio de todo el pueblo. No fue sólo una lucha de unos pocos individuos privilegiados que pretendían acabar con la dominación externa mientras recreaban las viejas formas de opresión.

A diferencia de la independencia de Estados Unidos, nuestro proceso de liberación nacional no fue expansionista. El objetivo no era ser una superpotencia sino construir una nación que pudiera tratar con otras naciones en igualdad de condiciones. Incluso se pueden ver semillas de multipolaridad en el pensamiento de Bolívar.

Bolívar estaba convencido de que se deben respetar los intereses de cada nación y cree que se equilibrarán mutuamente. Eso es lo que Bolívar llamó el equilibrio del universo. Se oponía a que una nación dominara a otras naciones. En cambio, creía en el equilibrio y la complementariedad.

Es fácil ver cómo eso entra en contradicción con la Doctrina Monroe y también con las intervenciones posteriores de la política exterior de Estados Unidos.

P: Más tarde, quiero preguntar por la Doctrina Monroe en lo que se refiere al Proceso Bolivariano de hoy. Sin embargo, como antecede, podría explicar lo que pasó en Venezuela entre su independencia y Chávez en el poder en 1998?

CR: Después de la independencia de Venezuela, a pesar de los mejores esfuerzos de Bolívar, las luchas internas y las guerras civiles persistieron durante más de un siglo. En 1914, con el descubrimiento del petróleo, las cosas cambiaron: el imperialismo estadounidense entró en la vida cotidiana de Venezuela, tomando el control de gran parte de la organización política y económica del país. Porqué? El país tuvo que convertirse en un proveedor confiable de petróleo para EEUU.

La sociedad venezolana, sin embargo, seguía empobrecida porque esta riqueza iba a las corporaciones transnacionales y a un grupo muy pequeño de venezolanos. De hecho, hubo algunas reformas socialdemócratas en ese momento que llevaron a los venezolanos a tener un nivel de vida más alto que en otros países de la región. Pero las desigualdades y la dependencia de EEUU persistieron.

Luego, en la década de 1980, el neoliberalismo entró en escena, y el país comenzó a retroceder en términos de bienestar social. Aumento la pobreza y la exclusión. Este es el contexto en el que tomó forma la Revolución Bolivariana, con Chávez a la cabeza.

P: El enfrentamiento entre estas dos visiones, entre el bolivarianismo y el monroísmo, se ha intensificado bajo la Revolución Bolivariana. Nos puede dar una visión general de la intromisión de EEUU en Venezuela?

CR: Al regresar a Simón Bolívar, Chávez no estaba reviviendo un proyecto anacrónico. En cambio, estaba activando el proyecto de transformación social y emancipación de Bolívar.

En los últimos 25 años, la Revolución Bolivariana ha estado trabajando para pagar una deuda social acumulada. En los primeros días de la tenencia de Chávez, comenzó a desafiar la política estadounidense hacia América Latina. La Revolución Bolivariana se ha esforzado por afirmarse, lo que incluye tomar el control real de sus recursos y decidir cómo se utilizarán esos recursos.

Esto fue clave para la Revolución Bolivariana. La voluntad política y las medidas adoptadas significaron que los recursos resultantes de nuestra industria nacional podrían invertirse en salud, educación y desarrollo en general. También hubo un proceso de democratización de la información, con Chávez invitando a las comunidades a organizar y crear medios alternativos para complementar los medios públicos. Todo esto, por supuesto, desafió los intereses de los medios de comunicación privados y comerciales.

Hubo otro aspecto de la Revolución Bolivariana que afectó los intereses de Estados Unidos en términos geopolíticos: el compromiso de la revolución con la promoción de las instituciones regionales. Chávez promovió la integración con otros países. Su concepción de la integración continental tuvo en cuenta la composición social y económica de cada país, asegurando que nadie saldría perdiendo. En resumen, la unidad bolivariana busca relaciones complementarias que fortalezcan a cada país para garantizar que el proceso de integración haga más fuertes a todos.

Finalmente, Chávez y la Revolución Bolivariana han amplificado y enriquecido nuestra democracia en los últimos 25 años. Esto lo ve el imperialismo de la manera equivocada. Aquí, estamos hablando de una democracia donde la gente elige a su presidente y representantes, pero también en la que la gente toma decisiones sobre sus destinos a través de la participación directa en temas cotidianos.

En los últimos tiempos se han producido experiencias en la participación directa, incluida la iniciativa de presupuesto participativo. Sin embargo, la democracia venezolana no sólo trata de abrirse a la participación, sino que también trata de que nuestro pueblo sea el protagonista de su propia transformación.

Si realmente quieres transformar la sociedad, tendrán que convivir dos cosas: por un lado, voluntad política desde arriba para abrir las vías de transformación y, por otro, organización de abajo que sea capaz de llevar a cabo esas transformaciones. Eso, precisamente, es lo que hace que la Revolución Bolivariana sea tan fuerte y difícil de derrotar.

La Revolución Bolivariana representa un cambio radical que se aleja del cumplimiento de la agenda del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Esto incluye el control de nuestros recursos y una nueva concepción de la democracia.

Además, con Chávez, Venezuela se convirtió en uno de los primeros países de la región en avanzar en sus propias políticas. Con la Revolución Bolivariana, comenzó una deriva en todo el continente lejos de los dictados de Estados Unidos. Todo esto fue (y sigue siendo) inaceptable para el Departamento de Estado de EEUU.

Tan pronto como Venezuela comenzó a alterar la organización del continente, quitándole la configuración preferida por EEUU, comenzamos a experimentar ataques inusuales. Primero vino el golpe de Estado [2002], donde vimos un sector para apoderarse del país, intentando asesinar o exiliar a Chávez. Fue el pueblo venezolano quien traió de vuelta a Chávez.

Después de eso, vino una asfixia calculada del país a través del cierre del petróleo [2002-2003]. A eso le siguieron innumerables intentos de desestabilización y constantes casos de sabotaje, desde la violencia callejera hasta cuestionar todas las victorias electorales, durante la era Chávez.

Cuando Chávez falleció en 2013, eso inició otro período de agresión imperialista. EEUU nunca ha podido entender que nuestro proceso de transformación haya alterado a la sociedad venezolana en su conjunto. Pensaron que era un proceso dependiente de un líder, y que el proyecto no iba a poder sobrevivir a la muerte de Chávez.

Para apurar las cosas, Estados Unidos primero orquestó ataques encaminados a impedir que el presidente Nicolás Maduro fuera elegido. Luego, cuando fue elegido, trataron de sabotear todo lo que el gobierno bolivariano estaba haciendo. A eso le siguió guarimbas [violentas protestas callejeras], ataques económicos, migración inducida, apagones y un bloqueo económico que abarca todo lo que buscaba evitar que Venezuela exportara petróleo.

También hubo una ofensiva diplomática que, entre otras cosas, intentó que Venezuela fuera censurada por la Organización de los Estados Americanos [OEA] y Naciones Unidas. Además, ha habido una constante campaña mediática que distorsiona lo que sucede en Venezuela. Todos los elementos de la guerra híbrida se han desplegado contra nuestro país: de económico a diplomático, de militar a mediático.

EEUU hace esto para volver a poner a Venezuela en su lugar. Pensaron que sería fácil hacerlo, porque no entendían que Maduro tiene mucho apoyo popular y que los venezolanos han dejado atrás el modelo social que estaba antes de la revolución.

P: El imperialismo no es estático, sino que se transforma y cambia sus tácticas. Podrías hablar del carácter del imperialismo hoy en día, que algunos han elegido llamar «hiperimperialismo»?

CR: El imperialismo entró en una nueva fase, y se desesperó, con la crisis financiera de 2008. Se hizo evidente entonces que los fundamentos económicos del modelo hegemónico ya no eran estables. En otras palabras, ya no podían garantizar la reproducción del capital de la misma manera.

Todo el mundo vio el colapso de bancos y corporaciones en ese momento, y los EEUU tuvieron que usar todo el poder económico del dólar para rescatar a los banqueros y capitalistas de riesgo. Más recientemente, la pandemia del COVID mostró que el sistema imperialista no podía garantizar la vida de sus propios ciudadanos, porque el país más poderoso del planeta no puede ofrecer atención básica sanitaria a su pueblo. El sistema no sólo es incapaz de reproducir el capital como lo había hecho históricamente, sino que no puede garantizar la vida.

Todo esto está ocurriendo en una era en la que existe una creciente competencia con otras potencias globales, incluyendo China y Rusia. Estas potencias emergentes están desafiando las ganancias financieras y los avances tecnológicos de los monopolios estadounidenses.

EEUU quiere preservar su hegemonía, así que esta situación lo está haciendo más desesperado. Para mantener la hegemonía global, sólo tiene dos armas: guerra perpetua en todo el mundo y control de la información a través de una narrativa mediática sesgada.

Así se transformó el imperialismo en lo que llamamos hiperimperialismo. Es la fase del imperialismo en la que la guerra -incluso cuando podría llevar a la destrucción del planeta, la pérdida de millones de vidas, y el colapso final del capitalismo- también significa ganancias.

Ahora, donde está Venezuela en todo esto? Por un lado, estamos en el extremo receptor de la ira imperialista. Por otro lado, la Revolución Bolivariana demuestra que a través de una combinación de iniciativas de cooperación, solidaridad y complementariedad, podemos construir un tipo diferente de sociedad, basada en diferentes valores. Bajo los peores ataques posibles, bajo el régimen de sanciones más draconiano, excepto el de Cuba, Venezuela fue capaz de preservar la vida de su pueblo y derrotar la pandemia (algo que ni EEUU ni Brasil fueron capaces de hacer).

En una situación de crisis y bloqueo global, Venezuela ha sido capaz de aumentar su propia producción de alimentos. La revolución demuestra que es posible enfrentar eficazmente al imperialismo con un conjunto diferente de valores. Creo que este es el papel clave de la Revolución Bolivariana a escala mundial.

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