En el mitin, celebrado en Calhoun Ranch, en las afueras de Coachella e Indio, Trump subió al escenario para criticar al estado más poblado del país, mencionando sus recientes luchas con la falta de vivienda, la escasez de agua y la falta de asequibilidad y a Kamala Harris, la candidata demócrata, que fue anteriormente senadora junior y fiscal general del estado.
“No vamos a permitir que Kamala Harris le haga a Estados Unidos lo que le hizo a California”, dijo Trump, refiriéndose al estado como “el Paraíso Perdido”.
El expresidente volvió a usar a la banda transnacional Tren de Aragua para trazar una relación directa entre inmigración ilegal y la criminalidad en el país, algo que no está apoyado por los datos, que indican que el índice de criminalidad entre los inmigrantes es menor que en el resto de la población.
“California ha sido invadida”, señaló el candidato presidencial republicano. “Niñas hermosas están siendo cortadas en trozos”, insistió el expresidente, que confía que el miedo a la inmigración irregular, que se disparó en los primeros años de la Administración del presidente Joe Biden, le ayude a ganar las elecciones.
Trump prometió la pena de muerte contra todo inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o un oficial de policía. Dijo que aplicará la Ley de Enemigos Extranjeros para obtener la autoridad para deportar masivamente a inmigrantes que han ingresado irregularmente en el país en lo que ha bautizado como ´Operación Aurora´, en referencia a la ciudad de Colorado que se volvió mediática por la supuesta presencia del Tren de Aragua.
“Rescataré Coachella y cada ciudad que ha sido invadida y conquistada”, declaró Trump a sus partidarios, haciéndose eco de sus declaraciones anteriores sobre Aurora. Se refirió al día de las elecciones como “el día de la liberación en Estados Unidos”, prometiendo una acción rápida en materia de inmigración.
El plan “Aurora”, como lo describió Trump, incluye el despliegue de “escuadrones de élite” del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, la Patrulla Fronteriza y otras agencias federales de aplicación de la ley para localizar y deportar a los inmigrantes indocumentados.
Líderes locales de Colorado han desmentido esta narrativa sobre criminalidad inmigrante, incluyendo al alcalde republicano de Aurora, Mike Coffman, quien aseguró esta semana que “las preocupaciones sobre la actividad de las pandillas venezolanas han sido burdamente exageradas”.
Departamentos de Policía de varias ciudades del país han detectado actividad que han vinculado al Tren de Aragua, una organización nacida en una prisión cerca a Caracas y que ha sido señalado por crímenes como extorsión y explotación sexual de migrantes en Suramérica.
No obstante, Trump y el ecosistema de información ultraconservador han magnificado este tipo de noticias y sacado de contexto datos sobre inmigrantes indocumentados con antecedentes o historial penal para estigmatizar a los inmigrantes.
California es clave para que los republicanos mantengan el control de la Cámara de Representantes, ya que en el estado se juegan entre cinco y seis escaños muy disputados.
El congresista demócrata californiano y presidente del Caucus Demócrata, el latino de más alto rango del Congreso, Pete Aguilar, indicó que son “muy optimistas de que la mayoría de la Cámara va a ganarse en California. He trabajado mucho en estos esfuerzos políticos para ganar estos escaños”.
El alcalde de Coachella, Steven Hernández, ha insistido que el valle de Coachella no es receptivo a las ideas de Trump. “No ha sido invitado por la gente que vive aquí”, dijo sobre la visita del expresidente republicano.
Con 5.5 millones de votantes republicanos registrados, California sigue siendo una valiosa fuente de apoyo y contribuciones de campaña para el Partido Republicano.