Por Luis Ernesto Guerra*
Dos preguntas medulares del Referéndum de Enmienda Constitucional se convirtieron en el objetivo y núcleo central de su atípico régimen torpedearon su fin en mente y del clan hegemónico de poder negacionista del Estado que lentamente se va desconfigurando, ya que pretendían enajenar la soberanía económica del Ecuador mediante Tribunales de Arbitraje Internacional y contratación laboral por horas traducida en la más terrible explotación laboral y regresión de derechos.
1.Tribunales y arbitraje internacional que favorecía los intereses de corporaciones transnacionales y fundamentalmente iban a enajenar la soberanía jurídica, económica y financiera del Ecuador, dando facultades a árbitros que representan los intereses de empresas transnacionales, cuyo significado se tradujo en una decisión soberana del pueblo al decir No al modelo neoliberal libertario, autoritario de tinte neofascista.
“¿Está usted de acuerdo que el Estado ecuatoriano reconozca el arbitraje internacional como método para solucionar controversias en materia de inversión, contractuales y comerciales?”. Ya en el pasado Ecuador debió pagar millonarias sumas de dólares por éstas demandas, uno de los casos a la transnacional petrolera Occidental.
2.La contratación laboral por horas traducida en un atropello a los derechos sociales laborales, a las conquistas sociales, históricas y populares, no podía retroceder a la transgresión de derechos y rayar en la explotación laboral, que la Constitución del 2008 frenó ese apetito oligárquico-corporativo.
“¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República y reformar el Código de Trabajo para el contrato de trabajo a plazo fijo y por horas, cuando se celebre por primera vez entre el mismo empleador y trabajador, sin afectar los derechos adquiridos de los trabajadores…?”.
La Asamblea Nacional deberá crear el marco legal y normativo para que se ejecute la aprobación de las preguntas en la Consulta Popular y de Referéndum del pueblo ecuatoriano.
Es evidente que jamás el pueblo podía decir No a la inseguridad y violencia imperante en el país, pero ello tiene un profundo significado en el que subyace una democracia sitiada por las Fuerzas Armadas, que puede traducirse en el triunfo de los militares mas no del presidente Daniel Noboa Azín, que ha sido golpeado su capital político al igual que sus otrora aliados estratégicos como Construye, que ya desaparece del registro de organizaciones políticas y del Partido Social Cristiano, que siempre ha merodeado a estos regímenes que durante siete años han defenestrado y denostado derechos humanos del pueblo ecuatoriano. Al parecer se distancian del régimen y de su organización política Alianza Democrática Nacional (ADN).
Noboa no ha tenido un interlocutor comunicacional que pueda llegar a cooptar el respaldo del pueblo ecuatoriano, que muy sabiamente le dijo No al autoritarismo, a la violación del Derecho Internacional, a la desinstitucionalización del Ecuador, al apagón energético, a los crímenes violentos, extorsiones, secuestros exprés que no cesan. Desde luego que lo aprobado no se podrá resolver en lo inmediato.
Mientras tanto, este resultado connota y significa un golpe y caída en la popularidad de Noboa, pero ello no debe traducirse en que ya no esté pensando en la reelección presidencial del 2025.
Por ahora este embate político-electoral es meramente coyuntural; sin embargo, es el momento propicio en donde las organizaciones sociales-populares, la juventud, deben tejer una alianza política programática más allá del venidero proceso electoral. Es decir, se trata de construir un programa y proyecto político de Patria, en donde se debe recuperar la justicia social y ello significa articular y cohesionar una gran alianza de diferentes matices políticos e ideológicos, sin desconocer o ignorar que en el Ecuador existe una marcada lucha de clases que debe disputar al bloque hegemónico de las derechas, por ahora derrotadas en la Consulta Popular y Referéndum.
Unidad en la diversidad a fin de volver a recuperar la democracia, encontrándose y juntándose para construir el Ecuador plurinacional e intercultural con justicia social y derechos.
¿Qué te ha hecho el neoliberalismo autoritario durante siete años y tres regímenes de tinte neofascista? Denostar, pisotear y violar derechos fundamentales y humanos, dos levantamientos sociales fuertemente reprimidos con víctimas mortales en regímenes de Moreno y Lasso, masacres en centros penitenciarios de personas privadas de la libertad, asedio e injerencia en contra de gobiernos que hacen uso del principio de la libre autodeterminación de los pueblos, demanda y salida de Unión Suramericana de Naciones (Unasur), de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), que es una plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe, con el énfasis en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación.
Empero, la Consulta Política de Noboa está muy condicionada a la gestión que pueda hacer en materia de seguridad, en los próximos meses que le quedan, revestida de inestabilidad e incertidumbre si va a tener a los militares en las calles. Flota en la arena política el incesante lavado de dinero, de activos en el sistema financiero, la penetración del crimen en las Fuerzas Armadas y la Policía, la depuración de malos elementos y denuncias del embajador estadounidense Michael Fitzpatrick de narcogenerales, son retos muy grandes que pueden convertirse en una carrera electoral inestable.
Ergo, desde nuestro punto de vista vemos desatada la guerra permanente, cognitiva, multidimensional, no convencional, anclada a los designios del gobierno federal de Washington y su establecimiento. La Consulta Popular y Referéndum era una especie de punta bifacial que tenía dos caras.
Las organizaciones sociales-populares perseguidas, estigmatizadas, es decir el pueblo profundo empobrecido, han triunfado, le han puesto un estate quieto y freno a la ofensiva del capital.
La otra cara de la Consulta ha sido la militarización de la seguridad pública decreto del 09 de enero de 2024, referido a la presencia de los militares en las calles, purito neofascismo de impronta Plan Cóndor 2.0.
Cuando el poder considere pertinente de acuerdo a sus intereses tendrá al Ecuador en permanente estado de guerra. Lo cual es muy peligroso, lo cual no fue enfatizado por las organizaciones sociales-populares.
Hoy Ecuador vive un estado militarizado legitimado por el pueblo, los acuerdos firmados por Lasso y ratificados por Noboa, lo cual es muy peligroso y que convierte al país en punta de lanza de injerencia en la región de Latinoamérica y el Caribe.
El bloque hegemónico de poder ha legitimado la militarización y fachización de Ecuador, mediante violación permanente de derechos humanos.
La presencia de militares en las calles va a significar el combate y represión al denominado enemigo interno, que es el pueblo, vulnerando derechos sociales, económicos, políticos; existen muchas denuncias de torturas, desapariciones forzadas y violaciones de derechos humanos cometidas en el estado de excepción a raíz de Conflicto Armado Interno (CAI) no internacional.
Contexto Político:
Siete años de tres regímenes neoliberales que han generado un abrupto y sistemático proceso de desinstitucionalización del Ecuador.
Es importante la realización de una breve contextualización y caracterización de lo acontecido: En febrero de 2017 Lenín Moreno fue electo por la organización política de la Revolución Ciudadana y posteriormente se encargó de ejecutar la agenda oligárquico- imperialista de perseguir a las cabezas dirigenciales y líderes de la organización política. En mayo de ese mismo año se realizó su asunción presidencial y se dio inicio a una agenda construida por los laboratorios de inteligencia y tanques de pensamiento de la embajada estadounidense.
Convocó a una Consulta Popular que le permitió desinstitucionalizar al Ecuador, empezando por los principales órganos de control constitucional, así tenemos: Corte Constitucional (CC), Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) , Corte Nacional de Justicia (CNJ), Consejo de la Judicatura ( CJ), Contraloría General del Estado (CGE), Fiscalía General del Estado (FGE); concomitantemente se ejecutó una gran agenda articulada a los multilaterales Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial( BM) y desmantelamiento de los logros construidos en infraestructura física por mencionar solo grandes proyectos de hidroeléctricas y multipropósito, de carreteras, escuelas, colegios, universidades, un sistema de salud pública al servicio de las grandes mayorías, es decir del pueblo y las clases subalternas, en el ámbito social, político y económico que significó una transformación de toda la arquitectura constitucional rumbo a la consolidación del poder ciudadano, truncado por el tutelaje de las estructuras oligárquicas y las derechas políticas que arrasaron los derechos de otredades socioculturales, organizaciones sociales y populares y diversidades, posteriormente reprimidas por un aparato al servicio de los más nefastos intereses de cofradías y castas de poder que cumplieron a rajatabla la agenda fondomonetarista precarizadora de derechos y generadora de pobreza multidimensional.
Persecución política selectiva mediante la judicialización de la política conocida como lawfare y fakenews con narrativas que convirtieron las mentiras recurrentes de los massmedia en sentencias sin los debidos y correspondientes elementos de convicción probatorios, o sea, fraudes procesales que terminaron eliminando los derechos políticos del expresidente Rafael Correa y encarcelando de manera arbitraria, al exvicepresidente Jorge Glas.
En 2018 autorizó el ingreso a la Embajada del Ecuador en Londres para consumar la detención por la policía británica del fundador de Wikileaks Julián Assange, quien denunció el cometimiento de crímenes de guerra por Estados Unidos en Irak, Libia, Afganistán.
Desde el 2019 el Ecuador vive recurrentes Estados de excepción: Moreno 9, Lasso 21, Noboa 3.
Estado de excepción que frena cualquier proceso de reivindicación de derechos, teniendo a mano a la Fiscalía General del Estado (FGE) convertida en brazo ejecutor de formulación de cargos, la represión a sectores sociales que levantan voces de anti minería, antiextractivismo. Los militares tienen carta blanca y libre albedrío para accionar y activarse en el territorio, para tachar de terroristas a luchadores/as sociales, activistas y defensores/as de derechos humanos. Guerra no convencional a los sectores sociales empobrecidos, racializados, tachados como vándalos, de Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) y hasta de terroristas.
Las Fuerzas Armadas no están entrenadas para la seguridad pública, existe suficiente evidencia de cómo han violado derechos humanos en Centroamérica, en las dictaduras de estructura cívico-militar en el Cono Sur, de falsos positivos en Colombia.
Muchos analistas han hecho una comparación a un evento deportivo futbolístico que no lo es, porque el pueblo se ha pronunciado soberanamente condenando el sometimiento a árbitros internacionales, que defienden a sus corporaciones y la contratación por horas que se traduce en la más pírrica explotación laboral, denostando las conquistas históricas pigmentadas de represión.
La inflexión y remezón del régimen de Noboa
El bloque hegemónico de poder ha recibido un remezón político-electoral y es que el joven presidente “millenial” fue ejecutando a rajatabla una agenda completamente anclada en un neoliberalismo de tinte extremadamente radical, completamente negacionista del Estado y que ha dado paso a un régimen cívico-militar, caracterizado por la recurrente violación de derechos fundamentales y humanos, precarización de los derechos constitucionales, profundización del empobrecimiento, abrupta y constante caída del empleo, la inseguridad y violencia que no se detiene, sumada la deserción escolar de miles de estudiantes del sistema educativo en sus diferentes niveles, deterioro de los planteles educativos, del sistema de salud que carece de medicinas e insumos médicos, equipos dañados; concomitante, una ola de violencia que ha convertido al Ecuador en uno de los países más violentos e inseguros tanto de la región latinoamericana como del mundo.
En Ecuador está roturado su bienestar, militarizado, no dejan de aparecer cuerpos desmembrados, que son la evidencia de la más demencial expresión de la violencia criminal; con el cumplimiento y retorno al libreto y agenda del lawfare y las fakenews, persecución política selectiva, narrativas perversas de las corporaciones massmediáticas, satanización y condena a los/as luchadores/as sociales, activistas y defensores/as de derechos humanos, se rotuló a adversarios políticos como conchudos, terroristas, saboteadores, antipatria.
Todo este acumulado de violaciones, transgresiones y odio ha generado que el pueblo profundo inmerso en una lucha de clases haya votado en contra del proyecto oligárquico neoliberal de Noboa, que representa los intereses geopolíticos, geoeconómicos del imperialismo estadounidense.
Esto comenzó con una abierta injerencia a la Federación de Rusia, se pretendió entregar a Estados Unidos como chatarra helicópteros y armamento donado por Rusia, que posteriormente presidente Noboa tuvo que recular y retractarse de tamaña decisión absurda e injerencista y violatoria del derecho internacional.
La violación del derecho internacional e incursión violenta y armada a la Embajada de México, provocó repudio y condena de la comunidad internacional, por la transgresión de las Convenciones de Viena y de Caracas, referidas a las Embajadas, Consulados y sedes diplomáticas, a sus talentos humanos, el secuestro violento del exvicepresidente Jorge Glas, generó una Asamblea Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), que posteriormente se plasmó en la condena a tan alevoso procedimiento, Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), Naciones Unidas, Unión Europea y otros organismos internacionales, ponen en tela de juicio al país de la Mitad del Mundo, otrora respetuoso del derecho Internacional, Convenios, Tratados y todos los instrumentos internacionales del sistema de Naciones Unidas, interamericano.
Ello generó que Estados Unidos Mexicanos presenten una demanda ante la Corte Internacional de Justicia, cuya comparecencia del Ecuador está prevista para el 30 de abril y 1 de mayo del año en curso.
Ya es notorio el malestar en la comunidad internacional porque la violación cometida al derecho internacional, por mencionar ni siquiera regímenes de corte militar dictatorial se atrevieron a tan atroz y fascistoide acto demencial y repudiable.
Es muy complejo y difícil dimensionar el enorme daño que se ha generado al pueblo ecuatoriano y presumimos que, al parecer, se viene una cadena de sanciones políticas, económicas y presumiblemente aislamiento y exclusión del sistema de Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Por ahora flota en la arena del derecho público internacional, una tensión debido a que existe un panorama político muy complejo que no permite dimensionar el alcance de las posibles sanciones al Estado ecuatoriano.
Ecuador está roturado por una enorme crisis sociopolítica, económica, y la inseguridad que no se detiene en el cometimiento de asesinados violentos, por lo que la ciudadanía que fue convocada el domingo 21 de abril a la Consulta Popular y Referéndum, en donde pudo evidenciarse un gran malestar del pueblo ecuatoriano y también el hartazgo frente a la carencia de energía eléctrica, como expresión de la falta de planeación y mantenimiento del sistema de hidroeléctricas.
Claro que una mirada escueta y desconfigurada de la realidad endosa la responsabilidad a la otredad política que ya no está en Carondelet.
Es un golpe para el régimen la derrota en dos preguntas estratégicas, que significaban la columna vertebral del régimen articulado al bloque hegemónico de poder de arbitraje internacional y contratación por horas, que significa decir no a la precarización laboral, a la violación de derechos sociales y conquistas históricas, a la defensa de la soberanía expresada en decir no a los tribunales y arbitraje internacional, vulnerador de la soberanía del Ecuador.
Hoy están activadas las voces de los sectores sociales-populares y hay que mirar la construcción de voces pluridiversas hacia un programa de país.
Soberanía, derechos fundamentales y humanos en contra y disputa del gran capital que no va jamás a claudicar en sus intereses específicos de neoliberalismo autoritario y enajenación de la soberanía del Ecuador al servicio del imperialismo estadounidense.
*Analista político ecuatoriano, Secretario Ejecutivo del Frente Ecuatoriano de Derechos Humanos y colaborador de Prensa Latina.