La declaración se produjo tras los comentarios del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, quien señaló que su país mantenía conversaciones con Washington sobre una posible participación en la cumbre, luego de que su homólogo Donald Trump anunciara su boicot.
Ramaphosa hizo estas afirmaciones durante una rueda de prensa conjunta con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
«Hemos recibido una notificación de Estados Unidos y seguimos en conversaciones con ellos sobre un posible cambio de opinión respecto a su participación en la cumbre de alguna manera».
El mandatario añadió que Pretoria evaluará las formas en que funcionarios estadounidenses podrían involucrarse.
Washington declaró previamente que Estados Unidos no asistiría a la primera cumbre del G20 en África, alegando que el país anfitrión, gobernado anteriormente por una minoría blanca bajo el apartheid hasta 1994, «ahora maltrata a la gente blanca».