Según la fuente, Washington evita otorgar a Hamas un espacio para beneficiarse políticamente de su interacción con la administración de la Casa Blanca.

   Asimismo, destacó que los enviados estadounidenses subrayan la capacidad del presidente Donald Trump para presionar a “Israel” con el fin de detener la guerra y alcanzar un acuerdo con el grupo combatiente.

   Además, consideran que la liberación de un soldado estadounidense-israelí podría modificar las percepciones de Trump sobre el conflicto.

   Hamas, por su parte, anunció previamente su pleno compromiso con el acuerdo de alto al fuego y reiteró su disposición inmediata para iniciar negociaciones relacionadas con la segunda fase del proceso.

   Rechazó cualquier intento de presión externa, al tiempo que criticó la falta de rendición de cuentas hacia “Israel” por incumplir sus obligaciones.

   “El lenguaje del chantaje y las amenazas de guerra no funcionarán; no hay alternativa a las negociaciones y al cumplimiento de lo pactado, ya que cualquier otra cosa sería jugar con el destino de los prisioneros”, declaró.

   Por otro lado, el enviado especial del presidente Trump para asuntos de prisioneros, Adam Boehler, calificó el encuentro con Hamas como «sumamente efectivo».

   Boehler no descartó futuras reuniones con el movimiento palestino y afirmó que Estados Unidos no se subordinará de «Israel» pues tiene sus «propios intereses». Añadió que actúa en nombre del presidente Trump y ejecuta sus instrucciones.