También ha aumentado el número de mujeres periodistas asesinadas, 14 en el periodo examinado. La Organización de Naciones Unidas pide a los gobiernos que tomen medidas urgentes.
«En 2022 y 2023, cada cuatro días, un periodista fue asesinado simplemente por hacer su trabajo: buscar la verdad. En la inmensa mayoría de los casos, nunca se pedirá cuentas a nadie».
Son palabras de Audrey Azoulay, directora general de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que publicó su último informe el 2 de noviembre con motivo del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas.
El 85% de los asesinatos de periodistas en el mundo quedan impunes, una cifra que demuestra la gravedad de la situación, a pesar de los ligeros avances registrados desde 2018. La tasa de impunidad era del 95% en 2012.
En su informe, la UNESCO pide a todos sus Estados miembros «que hagan más para que estos crímenes no queden impunes», explica Azoulay.
Para ella, «procesar y condenar a los autores es una herramienta esencial para prevenir futuros ataques contra periodistas». Aunque la Unesco constata una mejora de la tendencia, ya que el índice de impunidad era del 95% hace doce años, exige a los Estados que «aumenten significativamente sus esfuerzos para disuadir de nuevos crímenes contra periodistas».
En el bienio 2022-2023, período abarcado por el reporte, mataron a 162 periodistas, casi la mitad de ellos en países donde había conflictos armados, frente al 38% de los dos años anteriores.
En otros países, la mayoría de los periodistas fueron asesinados por intentar decir la verdad sobre el crimen organizado o la corrupción o por informar sobre manifestaciones públicas.
La UNESCO también informa de otro dato alarmante: el número de mujeres periodistas asesinadas durante este periodo de dos años, 14 en total, es también el más alto desde 2017.