«Mientras nos reunimos hoy, estamos profundamente preocupados por el aumento de las tensiones internacionales y la inminente amenaza de una guerra nuclear. El desarme nuclear no es simplemente una obligación legal, sino un imperativo moral, en el sentido de que las armas nucleares continúan representando la amenaza más grave para la humanidad y su supervivencia», declaró el embajador Bendjama.
«Las consecuencias humanitarias catastróficas de estas armas son un recordatorio de sus efectos devastadores. Estamos alarmados por la falta de progreso en el cumplimiento de los compromisos de desarme nuclear, a pesar de los esfuerzos de la mayoría de los Estados miembros», precisó.
En este contexto, el embajador Bendjama destacó que Argelia, como defensor constante del TNP, «insta a los Estados poseedores de armas nucleares a cumplir con sus obligaciones según el Artículo 6 y tomar medidas concretas hacia el desarme nuclear».
Argelia «saluda la entrada en vigor del Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares (TPAN), y la adopción de la ‘Declaración de Viena’ y el ‘Programa de acción de Viena'», declaró el diplomático, enfatizando «la importancia crucial de la entrada en vigor del Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (TPCE).
El embajador Bendjama también afirmó que Argelia, como uno de los primeros países africanos en ratificar el Tratado de Pelindaba, sigue firmemente comprometida con su implementación.