En diversas partes del mundo este día se utiliza como plataforma para impulsar reformas carcelarias, mejorar las condiciones de vida de los reclusos y fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de un trato humano y digno para todos, independientemente de su situación legal.
Para conmemorar la vida y legado de Nelson Mandela, uno de los mayores íconos del antirracismo global, desde el año 2009 cada 18 de julio se celebra el «Mandela Day».
Fue en ese año cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo una propuesta de la Fundación Nelson Mandela, proclamó este día internacional a través de la resolución 64/13.
En el artículo 2 el documento invita a todos los Estados miembros y a la sociedad civil: “(…) a observar de manera apropiada el Día Internacional de Nelson Mandela”.
El propósito de esta iniciativa es inspirar acciones basadas en la vida de Mandela y su lucha por los derechos humanos, con un enfoque especial en las condiciones carcelarias y la dignidad de los reclusos.
Mandela se pronunció repetidamente sobre la importancia de combatir las injusticias en el sistema penitenciario, describiendo las condiciones inhumanas en las cárceles como un problema estructural que afecta a toda la humanidad.
Desde la instauración de esta celebración cada 18 de julio, la ONU ha promovido distintas campañas. A partir del año 2015, el centro de las mismas ha estado vinculada al sistema carcelario.
En ese año, la Asamblea General adoptó la resolución 70/175, conocida como las Reglas Nelson Mandela, que amplía el alcance del Día Internacional.
Según se detalla en el artículo 7, el propósito es que: “(…) se utilice a fin de promover condiciones de encarcelamiento dignas, sensibilizar acerca del hecho de que los reclusos son parte integrante de la sociedad y valorar la labor del personal penitenciario como servicio social de particular importancia, y, con ese propósito, invita a los Estados Miembros, las organizaciones regionales y las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas a celebrar esa ocasión de manera apropiada”.
Las Reglas Nelson Mandela son directrices mínimas establecidas por la ONU para el tratamiento de personas privadas de libertad. Entre sus disposiciones más destacadas se encuentran las relacionadas con la discriminación, las condiciones de alojamiento, la regulación del uso de la fuerza por parte del personal penitenciario, los procedimientos para inspecciones y controles externos y la diferencia existente entre reclusos condenados y no condenados.