El documento contiene dos conclusiones principales y la primera señala la necesidad de elaborar un programa de rehabilitación específico para los distintos niveles de discapacidad ocasionados por las heridas y su efecto en la vida diaria de quienes las sufrieron.
Por otra parte, es indispensable que en el menor tiempo posible se revisen los protocolos de control de multitudes utilizados por las fuerzas policiales en el país.
En declaraciones a Radio y Diario Universidad de Chile, el especialista Miguel Ángel Campos dijo este domingo que no se trata de personas que perdieron un ojo por un accidente común y corriente o una enfermedad.
Estamos hablando, precisó, de seres humanos que sufrieron este daño por una herramienta que fue utilizada por el Estado de manera indiscriminada para reprimir las protestas, ocurridas durante el levantamiento popular iniciado el 18 de octubre de 2019.
Lo novedoso del estudio es que no se limita a cuantificar el efecto físico en los órganos visuales, porque eso ya está registrado en otros documentos, sino en cómo las víctimas perdieron calidad de vida, como consecuencia de sus lesiones.
El director del Departamento de Tecnología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Patricio Bustamante, dijo que de 85 casos tomados como muestra, más de la mitad tuvieron problemas para volver a estudiar o mermaron su capacidad laboral.
Pero, más allá de estos ámbitos, también padecen de dificultades para desarrollar actividades tan simples, pero necesarias para la vida, como realizar pasatiempos.
Además, varios de ellos ya estaban en el programa de rehabilitación clínica y psicosocial porque sufrieron torturas, prisión y otras vejaciones durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y cuando el estallido volvieron a ser agredidos por el Estado.
“Es difícil hablar de reparación cuando se ha mutilado un rostro, cuando se ha perdido un ojo, no hay una manera de devolverlo, pero al menos debe haber avances para las personas en el ámbito de la justicia y la recuperación”, concluyó Bustamante.