“Los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas abandonaron su deber con los tejanos”, declaró Abbott en un comunicado de prensa. “Al huir del estado, los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas están secuestrando legislación crucial para ayudar a las víctimas de las inundaciones y promover la reducción del impuesto predial. El incumplimiento del deber conlleva consecuencias”, amenazó.
La salida de los demócratas ha paralizado los procedimientos en la Cámara de Representantes de Texas, donde varios proyectos de ley respaldados por los republicanos están a la espera de aprobación.
La orden del gobernador Abbott exige el arresto y el regreso de cualquier legislador demócrata ausente. La directiva permanece vigente hasta que todos los miembros cumplan con sus obligaciones constitucionales y regresen a la cámara.
En respaldo con la directiva del gobernador, el presidente de la Cámara de Representantes, Dustin Burrows, ha iniciado una llamada formal emitiendo órdenes judiciales para obligar al regreso de los miembros ausentes. “Para garantizar el cumplimiento”, declaró Abbott, “ordené al Departamento de Seguridad Pública de Texas que localice, arreste y devuelva a la Cámara a cualquier miembro que haya incumplido su deber con los tejanos”.
Según analistas, este escenario es la última de una serie de enfrentamientos políticos entre republicanos y demócratas en la Legislatura de Texas. Las huelgas anteriores se han utilizado como táctica para romper el quórum y bloquear leyes controvertidas.
Los demócratas, que ocupan 62 escaños, han optado por abandonar el estado rumbo a Chicago, aprovechando la invitación del gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, con el fin de paralizar la votación convocada por el gobernador republicano Greg Abbott para reformar el mapa electoral. Esta estrategia, aunque legalmente cuestionable, ha sido utilizada históricamente como último recurso para bloquear decisiones parlamentarias consideradas injustas o apresuradas.
La propuesta de redistribución legislativa presentada por los republicanos busca redibujar distritos federales en Texas, lo que, según estimaciones, podría traducirse en cinco escaños adicionales para el Partido Republicano en la Cámara de Representantes federal.
Actualmente, los republicanos controlan 25 de los 38 distritos congresionales de Texas. La modificación, impulsada por el presidente Donald Trump y enmarcada en una sesión legislativa especial convocada por Abbott, se produce a mitad de la década, fuera del calendario habitual tras el censo. Los demócratas la han interpretado como una maniobra partidista para afianzar el poder republicano de cara a las elecciones de medio término de 2026, en un intento por garantizar la mayoría legislativa.