Por Florencia Lagos, corresponsal en Cuba
música de Adolphe Adam y diseños de Salvador Fernández. La Orquesta Sinfónica del “Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso”, dirigida por el maestro Yhovani Duarte.
Chavela Riera, joven promesa del BNC, nos deleitó con una Giselle sensible. Impregnó sentido de realidad a la difícil escena de la locura, sin caer en caricaturas y transmitió verdad a través de su lúcida y verosímil versión.
Semyon Chudin fue ovacionado en el segundo acto. Su técnica al servicio del personaje lo llenó de elogios. La sublime unión entre su emoción y virtuosos saltos desbordaron al público de aplausos en el momento en que Albrecht agoniza cuando es obligado a danzar por la Reina de las Wilis.
El personaje de la Madre de Giselle fue interpretado con maestría por la ex primera solista del BNC, Clotilde Peón.
“Giselle”, cumbre del Romanticismo danzario, posee una importancia capital en la historia del BNC y en la cultura cubana: con esta obra y con Alicia Alonso, su excepcional intérprete y repositora, Cuba trasciende por primera vez en el ámbito internacional de la danza. Además, es el título emblemático de la compañía.
Una de las características históricas del BNC es la destreza y limpieza en la ejecución del cuerpo de baile en el 2do acto. Esta ocasión no fue la excepción. La juventud de las intérpretes no fue impedimento para conservar el estilo, técnica y entrega.
Cabe destacar que detrás de los resultados que exhibe el elenco actual, existe el trabajo arduo de su Directora General y primera bailarina, Viengsay Valdés, y Maîtres como Svetlana Ballester, Consuelo Domínguez, Clotilde Peón, Ernesto Díaz y Linnet González.
Históricas figuras del BNC que deben lidiar día a día con las dificultades que significa ejercer la profesión en un país que sufre el asedio constante y una de las crisis económicas más profundas producto del bloqueo, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
Crisis que se ve reflejada por ejemplo en la escasez de petróleo y la imposibilidad de contar con un transporte para los bailarines. Lo que impide muchas veces comenzar en el horario señalado y garantizar los tiempos de ensayo necesarios para una producción de la envergadura de “Giselle”.
Sin embargo, a pesar de las adversidades, maestros y bailarines vencen imposibles y logran conservar la excelencia de una de las mejores compañías del mundo.
A pesar de sufrir lo mismo que toda la sociedad cubana actual, trabajan con rigor para lograr la perfección y preservar con celo cada detalle de esta versión de Alicia Alonso.
¿De qué más sería capaz el Ballet Nacional de Cuba si tuviera las condiciones materiales suficientes para realizar su noble tarea?
Con estas funciones se conmemora el aniversario 175 de la primera presentación de “Giselle” en Cuba en 1849. Esta pieza es una de las obras más importantes del repertorio del Ballet Nacional de Cuba, Patrimonio Cultural de esa Nación.