Según testimonios, los patrones atacaron el barrio alrededor de las 3 de la madrugada. A pesar de los mensajes de angustia, esto no impidió que algunas familias contaran los muertos. El último balance provisional de esta masacre asciende a unas sesenta personas muertas y decenas de heridos, la mayoría dormidos, indicaron las autoridades locales, que hasta ahora no pueden identificar a todas las víctimas de esta tragedia.
Después de la invasión, varias decenas de vecinos fueron vistos en la plaza pública Philippe Guerrier de Saint-Marc con pocas cosas que tuvieron la oportunidad de llevarse durante su fuga.
Dada la situación actual de la localidad, la primera ciudadana, Myriam Fièvre, y su equipo no pueden hacerse cargo de estos desplazados. La sociedad civil de Saint-Marcoise exige que las autoridades estatales tomen medidas para proteger esta zona que, hasta ahora, está bajo las garras de los delincuentes.
Además, se desplegaron agentes de policía de la unidad táctica antipandillas (UTAG) para intentar repeler a los matones que han tomado completamente el control de Pont-Sondé. Luego de los abusos de las pandillas la tarde del 3 de octubre, videos virales en las redes muestran a miembros de la población tomando rutas fuera de la nacional 1, utilizando caminos casi inaccesibles y llenos de árboles, todo para sobrevivir.
En respuesta a esta tensa situación, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP) dio instrucciones formales a la Policía Nacional Haitiana (PNH) para restablecer el orden y detener a todos los que causan disturbios en Artibonite, renovando al mismo tiempo su determinación de tomar medidas para crear un clima de paz en el país y permitir a la población circular libremente.