La convocatoria tiene como objetivo contrarrestar los planes del enemigo sionista y sus bandas de colonos extremistas, así como el llamado al ritual de sacrificio de animales dentro del recinto sagrado, programado para el domingo y lunes.
Hamas elogió a las multitudes en Cisjordania y las tierras ocupadas en 1948, así como a los defensores de Jerusalén y sus alrededores que demostraron ser la primera línea de defensa de Al-Aqsa.
Asimismo, ponderó la lucha de estas masas y su sacrificio, y reiteró su apoyo para continuar la lucha en defensa de Jerusalén, Al-Aqsa, y para hacer frente con toda fuerza a los intentos del gobierno israelí de profanar la santidad de la Mezquita.
El grupo combatiente también llamó a la nación y a los defensores de todo el mundo a activar todas las formas de solidaridad y apoyo a Jerusalén, Al-Aqsa y Gaza, así como a respaldar la legítima lucha del pueblo palestino hasta que cese la agresión, se alcancen sus derechos y liberen la tierra y lugares sagrados.
La Mezquita Al-Aqsa sufre continuas violaciones e incursiones por parte de los colonos bajo la protección de la policía sionista, en un intento de imponerle un control total y dividirla temporal y espacialmente.
Informes israelíes indicaron este jueves que el gobierno incluyó en su plan de trabajo para 2024 un nuevo proyecto ideado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y destinado a cambiar el estado actual del sagrado espacio.
Según el titular sionista, el programa implementará medidas tecnológicas y electrónicas para la policía israelí en los patios del recinto religioso.
Además otorgará derechos básicos a los colonos y les permitirá rezar y llevar a cabo rituales talmúdicos, adoptando así una política de discriminación judía contra los musulmanes.
En ese contexto, activistas religiosos, de derechos humanos y nacionales palestinos advirtieron sobre las repercusiones del plan de Ben Gvir que se asemeja al de julio de 2017, frustrado por los residentes de Jerusalén.
En esa ocasión, la ocupación pretendió instalar puertas electrónicas frente a las entradas a Al-Aqsa, un episodio que marcó un hito en el conflicto con el régimen agresor.
El Consejo de Awqaf y de Asuntos Islámicos de Jerusalén advirtieron que las medidas enemigas representan una violación flagrante y un golpe a los derechos históricos y religiosos más básicos de los musulmanes en Al-Aqsa.
La entidad también expresó gran preocupación por las acciones de Ben Gvir y alertaron sobre las repercusiones de estos planes que pueden conducir a la región hacia una mayor escalada y un futuro incierto.
Igualmente, reafirmó el compromiso de los musulmanes con sus derechos religiosos, históricos y legales en cada centímetro cuadrado de la Mezquita Al-Aqsa, que abarca 14.4 hectáreas, incluidas todas sus áreas de oración, estructuras históricas, patios y vías subterráneas y terrestres.