Escobar fue recibido este jueves por el embajador Flavio Goldman, quien encabeza temporalmente la Secretaría de Europa y América del Norte de Itamaraty.

   Según los informes, Goldman expresó su indignación por el tono y el contenido de las publicaciones recientes de Estados Unidos, reforzando la interferencia de Trump en los asuntos internos.

   El jueves, el perfil de la embajada en las redes sociales publicó que el ministro Alexandre de Moraes, relator de los casos contra Bolsonaro en la Corte, es el principal artífice de la censura y persecución contra el expresidente y sus partidarios.

   La embajada también dijo, en un tono amenazante, que los aliados del ministro en el poder judicial y en otras esferas se les advierte que no apoyen ni faciliten la conducta de Moraes. Estamos siguiendo de cerca la situación.

   La publicación se hizo días después de que Moraes decretara el arresto domiciliario de Bolsonaro en el contexto de la investigación que investiga las articulaciones con el gobierno de Estados Unidos contra la soberanía brasileña.

   El día 30, Estados Unidos sancionó al magistrado basado en la Ley Magnitsky, que permite a Washington imponer sanciones a ciudadanos extranjeros acusados de corrupción a gran escala o graves violaciones a los derechos humanos.

   Además de la sanción a Moraes, Trump impuso un arancel adicional del 40% a los productos importados de Brasil, sumando el valor total en un 50%. El recargo del 10% ya había sido anunciado en abril de este año. La tarifa era válida el miércoles (6).

   Al firmar la orden ejecutiva, el republicano se marchó en defensa de Bolsonaro, reforzando el carácter político de la medida.

   Acusó al Estado brasileño de perseguir políticamente al expresidente y a sus aliados, así como de promover graves violaciones de los derechos humanos y comprometer el estado de derecho. La persecución, intimidación, acoso, censura y procesamientos contra Jair Bolsonaro y miles de sus partidarios son graves abusos, dice el documento.

   No es la primera vez que un representante de la embajada de Estados Unidos es citado a Itamaraty para dar explicaciones sobre declaraciones o decisiones de Washington relacionadas con Brasil y la Corte Suprema.

   Una de las primeras reuniones se produjo días después de que Trump iniciara ataques públicos contra el país, cuando la embajada trató a Bolsonaro y a su familia como víctimas de la persecución y aliados estadounidenses.