Le National Marzo 29, 2025
No sólo una desaceleración de las principales actividades económicas, sino también el desplazamiento masivo de habitantes locales que se sienten debilitados por la presencia de hombres armados en las cercanías.
Ante los recientes ataques de bandas en el barrio de Carrefour-feuilles y los estallidos de disparos que resuenan cerca de los barrios de Kanpèch y Baryajou, los habitantes de Turgeau, Debussy y Pacot se sienten cada vez más amenazados.
Desde hace varias semanas se ha producido un pánico generalizado y los habitantes de las zonas mencionadas se han visto obligados a huir de estos lugares para buscar refugio en albergues temporales o con familiares o familias de acogida.
Las fuerzas del orden impotentes no pueden devolver la esperanza a esta población que no ve esperanza de un mañana mejor en este contexto de crisis de seguridad donde los grupos armados han intensificado sus ataques en las últimas semanas y siguen desafiando a las autoridades policiales y a los agentes de la fuerza multinacional que opera en el territorio.
Los viajes de los automovilistas están significativamente restringidos. Unas cuantas motocicletas y peatones frecuentan zonas del Campo de Marte, las calles Capois y Oswald Durant y otras zonas de los alrededores. Lalue, un poco más arriba, Avenue Charles Summer, y el Carrefour Tifou son ahora zonas de embarque de pasajeros. Desde hace varios meses se miden los circuitos a medida que las pandillas ejercen presión en los barrios.
A pesar del deterioro de la situación de seguridad, los autobuses y pasajeros del transporte público continúan viajando hacia el sur desde Puerto Príncipe hacia Carrefour, Fontamara y otras zonas cercanas.
Lo mismo ocurre con el municipio de Delmas: Los vehículos que utilizan la autopista tienen como límite Delmas 32 o 31, sin atreverse a tomar la dirección que lleva a las proximidades del Carrefour de l’aéroport.
Según los habitantes de la comuna, los disparos esporádicos de armas automáticas que se registran en Bajo Delmas están afectando el normal desarrollo de las actividades socioeconómicas de las zonas aledañas. «En Delmas 30, Delmas 29, Delmas 27 y 19, existe preocupación por los residentes y los pasajeros que utilizan la zona», explica Jeannot, un motociclista que lucha por ganarse la vida con sus viajes a Delmas 32 y sus alrededores.
Según los ciudadanos contactados por la redacción del Quotidien Le National, los desafíos en materia de seguridad parecen complicar la tarea del gobierno.
El uso de drones suicidas o intervenciones enérgicas por parte de las fuerzas del orden en los focos de bandas criminales podrían ayudar en la lucha contra el crimen organizado.
En este sentido, exigen una fuerza policial mejor equipada y voluntad de los actores para restablecer la seguridad en el país, azotado por la violencia desde hace varios años.