Aunque la retirada de Cuba de la lista de denominados patrocinadores del terrorismo, la suspensión de demandas en Título III de la Ley Helms-Burton y el levantamiento a determinadas restricciones a transacciones financieras son pasos en la dirección correcta, solo representan pequeñas grietas en muro de un bloqueo injusto e inhumano.
Como zimbabwenses, destaca The Pan Afrikanist, nos solidarizamos sin fisuras con el pueblo y el gobierno de la nación que ha sido durante mucho tiempo un faro de resistencia revolucionaria y solidaridad internacional.
El bloqueo estadounidense, con su impacto extraterritorial y de gran alcance, es una flagrante violación del derecho internacional.
Según el artículo, de Mafa Kwanisai Mafa y también publicado en Ghana, esta política, diseñada para paralizar la economía y fomentar la desesperación, es una guerra económica, articulada en 1960 por el Subsecretario Adjunto Lester Mallory, con el objetivo de poner a la isla “de rodillas”.
En marcado contraste con la hostilidad a la que se enfrenta, Cuba ha tendido constantemente una mano de amistad al mundo, con miles de médicos, sanitarios y educadores prestando servicios en África, incluido Zimbabwe.
De acuerdo con The Pan Afrikanist, con este espíritu, instamos a la Unión Africana, la Comunidad de Desarrollo para el África Austral y a organismos regionales a que amplíen sus voces para condenar el bloqueo, en desafío a la narrativa de desinformación y coerción propagada contra Cuba.
Las medidas parciales anunciadas por el gobierno estadounidense son un reconocimiento de la presión ejercida por la comunidad internacional, incluido Zimbabwe, pero distan mucho de la justicia.
La Habana puede estar a miles de kilómetros de Harare, pero nuestros corazones laten al unísono en la lucha por la libertad, la dignidad, la autodeterminación y los ideales que nos unen, concluye The Pan Afrikanist.