Por Carlos Rafael Diéguez
El auditorio que se dio cita en el Manuel Artime aplaudió delirante al magnate rodeado entre otros del senador Marco Rubio, Mario Diaz-Balart, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, a los que colmó de elogios.
Al volver al texto de ese discurso, podemos percatarnos al detalle de las macabras e inhumanas intenciones contra Cuba, que llevaron semanas después a Donal Trump a perseguir y atacar los navíos que llevaban el petróleo de Venezuela a Cuba, quitar los viajes de los Cruceros a Cuba, eliminar las remesas y los vuelos a provincias de diferentes aerolíneas etc.
El 30 de abril de 2019, luego del fracaso del golpe de Estado organizado por EEUU en Venezuela, Trump amenazó con un bloqueo total y completo a Cuba si no ‘terminaba inmediatamente” sus relaciones con Venezuela.
Además de un bloqueo naval, Trump tenía sobre la mesa el uso de la fuerza militar para impedir el flujo petrolero entre Venezuela y Cuba.
La propuesta fue bloquear todo paso marítimo a Cuba y Venezuela para asfixiar sus economías, objetivos que continúan en acción. Un verdadero acto de guerra, según el derecho internacional,
El actuar y pretensiones del gobierno de Joe Biden no distan hoy de lo anterior porque los secuaces que antes apoyaron la soberbia y el odio de Trump contra Cuba campean hoy con la vista gorda puesta en la destrucción del sistema político cubano (Revolución) al no darle continuidad a la era de Obama y parar el deshielo en las relaciones con la Mayor de las Antillas. Se afilan los dientes para destruir los sueños de Martí y Fidel.
Pero Trump y Biden no saben de la Protesta de Baraguá, y tampoco recuerdan Girón, y lo peor… desdeñan la cultura, la inteligencia, la valentía del pueblo cubano y la solidaridad mundial. CUBA ES AMOR, PAZ Y VICTORIA.