Por Juan López Páez
Los embajadores de los 32 Estados de la OTAN confirmaron su nombramiento formal y asumirá el cargo el próximo 1 de octubre.
Desde el inicio de la candidatura era el favorito, recibió el apoyo de miembros clave de la OTAN, como Estados Unidos y Reino Unido.
Será el cuarto secretario general de la OTAN de origen neerlandés, después de Dirk Tikker (1957-1963), Joseph Luns (1971-1984) y Jaap de Hoop Scheffer (2004-2009).
El portavoz del Consejo de Seguridad estadounidense, John Kirby, declaró que “el presidente Biden cree firmemente que Mark Rutte será un excelente secretario general”.
Jens Stoltenberg, secretario saliente manifestó: “Acojo calurosamente la elección, por parte de los Aliados de la OTAN, del ministro Mark Rutte como mi sucesor. Mark es un auténtico transatlántico, un líder fuerte y un constructor de consenso. Le deseo mucho éxito mientras seguimos fortaleciendo la OTAN. Sé que dejo la OTAN en buenas manos”.
Ha sido uno de los impulsores del apoyo militar europeo a Ucrania desde el conflicto armado de 2022, y ha sostenido que la derrota de Moscú en el campo de batalla es vital para garantizar la paz en Europa. Bajo su mandato ha aumentado hasta el 2,05% del PIB el gasto en defensa por encima del umbral del 2% exigido a los miembros de la OTAN, suministrando cazas F-16, artillería, aviones no tripulados y munición a Kiev.
En el Bundestag el canciller Olaf Scholz y el líder de la oposición Friedrich Merz coincidieron en un punto: Mark Rutte sería un excelente secretario general de la OTAN.
Scholz conoce a Rutte de numerosas cumbres de la UE, aunque pertenece a la familia de partidos liberales como Emmanuel Macron, no ha respaldado plenamente los llamamientos del presidente francés a una autonomía estratégica europea.
Tiene muchos apodos, como “Teflon Mark”, por su capacidad para mantenerse en el poder, o “The Trump Whisperer”, el que susurra al oído de Trump. Sin perder la sonrisa, está considerado como uno de los políticos más exitosos del bloque comunitario, se convirtió en uno de los principales negociadores de la UE, desempeñando un papel importante en los debates europeos sobre inmigración, deuda y la respuesta financiera al COVID-19.
Graduado en historia y exdirector de recursos humanos en la multinacional de productos de consumo Unilever, en octubre de 2010 se convirtió en primer ministro de Países Bajos por primera vez, considerado como un camaleón político, en 2021 logró incluso sobrevivir a la dimisión de su gobierno tras un escándalo relacionado con prestaciones sociales, pero en 2023 dimitió por los desacuerdos respecto a la gestión de la inmigración y decidió no presentarse a las elecciones tras haber ganado en las cuatro ocasiones anteriores al frente del partido conservador-liberal, Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD).
Tras las elecciones generales de 2023, su sucesora quedó en tercera posición y el ultraderechista Geert Wilders se hizo con la victoria, aunque el traspaso de poderes con la nueva coalición aún no se ha producido.
Tras sobrevivir electoralmente a varias dimisiones a lo largo de su carrera política, se granjeó la imagen de político resistente.
El 17 de marzo 2021, el gobierno de Mark Rutte, tras 11 años en el Ejecutivo, dimitió en bloque a raíz de un escándalo en la retirada de ayudas públicas por cuidado de hijos a 26.000 padres, alegando fraude en su percepción.
El caso se inició a raíz de una investigación iniciada por la abogada española Eva González Pérez. La letrada destapó que el procedimiento que había llevado a cabo la Hacienda Pública del país se había dirigido en gran parte contra familias de origen extranjero o con doble nacionalidad -en su mayoría turca o marroquí- sin fundamento legal y selección discriminatoria de los expedientes.
Atlantista convencido, “La alianza es y seguirá siendo la piedra angular de nuestra seguridad colectiva”, bajo su mandato. “Ucrania debe ganar esta guerra. Por su seguridad y la nuestra”, declaró Rutte.
En reiteradas ocasiones, Rutte ha mostrado su apoyo incuestionable al régimen de Kiev y ha expresado su crítica feroz a Moscú y, en particular, a la figura política del presidente ruso.
En agosto 2023, siendo presidente en funciones de Países Bajos se anunció que Ucrania recibiría 42 cazas F-16 tras reunirse Rutte con Zelenski. En 2024 comprometió 987 millones de dólares en apoyo militar este año y destinará 3.996 millones de euros en apoyo militar a Ucrania hasta 2025.
“Los F-16 estarán en los cielos de Ucrania”, dijo Zelenski en una conferencia conjunta con Mark Rutte, el primer ministro holandés, luego en redes sociales publicó “F16. Un acuerdo revolucionario. A partir de hoy, hay detalles. ¡Gracias, Países Bajos! ¡Gracias, Mark!”, publicó además un selfie con el primer ministro neerlandés con un F-16 de fondo.
“Rutte es una especie de peón avanzado europeo al que le gusta mucho interferir en los problemas y conflictos actuales”, lo llegó a describir el analista político holandés Tobias den Hartog.
Un estratega maleable, por su capacidad de adaptarse a todas las situaciones y su predisposición a la prestidigitación. En 2009 abogó por una propuesta de ley de la despenalización de la negación del Holocausto, dijo que la ley holandesa sólo debería procesar a quienes inciten a la violencia, no al odio.
Afirmar que el Holocausto no ocurrió “debería ser posible”. Ronny Naftaniel, director del Centro de Información y Documentación de Israel, con sede en La Haya le contestó: “La negación del Holocausto causa dolor psicológico a los supervivientes. Rutte subestima la intensidad del dolor que este permiso les causará innecesariamente”.
Para más tarde, en enero de 2020, con motivo del 75° aniversario de la liberación de Auschwitz en nombre del gobierno holandés pidió disculpas a la comunidad judía por la persecución que sufrió en los Países Bajos.
Rutte confirmó que mantendría las excepciones para Hungría respecto a la ayuda a Ucrania que Orbán ha sellado recientemente con su antecesor, Jens Stoltenberg, y también le dio explicaciones por la invitación a salir de la UE que le hizo en 2021 por la aprobación de leyes homófobas en Budapest.
Solucionó las tensiones con Orbán con una carta en la que se reafirmaba que mantendría el pacto alcanzado respecto a la ayuda a Kiev y de forma genérica para que no sonara una disculpa, añadía: “Tomo nota de que las declaraciones que hice como primer ministro de Países Bajos en 2021 han creado desafección en Hungría”, y sin disculparse ni retractarse, permitió a Orbán anotarse una victoria ante su público húngaro.
El “frugal” Rutte y España
Dentro de la UE, fue muchas veces el temible representante del Norte contra el Sur. Rutte ha sido uno de los más duros respecto a las políticas de austeridad de la UE siendo una de las caras visibles de los llamados “países frugales” (Holanda, Austria, Suecia, Finlandia y Dinamarca).
El semanario holandés Elsevier Weekblad en portada lo expresaba sin rodeos: Geen stuiver extra naar Zuid-Europa! (¡Ni un céntimo extra para el Sur de Europa!) tildando de vagos a los ciudadanos del Sur de Europa.
Rutte se resistió a la aprobación del Plan de Recuperación y Resiliencia para España e Italia, luchó en vano para que los países de la UE solo recibieran préstamos, en lugar de subvenciones no reembolsables del bloque para poder financiar la recuperación económica de la pandemia, lo que le valió otro apodo “Señor No”.
Las exigencias de Holanda hubieran dejado la sanidad pública española en manos de aseguradoras privadas. Rutte exigió una serie de reformas estructurales que dejarían sin recursos al Estado para mantener la sanidad pública, lo que abriría un escenario propicio para que la salud de la ciudadanía española se convirtiese en el negocio de las grandes aseguradoras, entregar el Estado del Bienestar a las grandes multinacionales.
En julio 2020 la Cumbre del Consejo Europeo extraordinario adoptó el presupuesto de la UE para el período (2021-2027), que incluía un mecanismo de Recuperación y Resiliencia de 750.000 millones de euros en subvenciones y préstamos. Los países frugales eran conocidos por su oposición a aumentar el presupuesto de la UE y retrasaron un acuerdo sobre el fondo de recuperación porque se oponían a financiarlo con deuda común.
También querían imponer condiciones más estrictas a los Estados miembros que recibieran la financiación. Rutte incluso exigió el derecho de un solo Estado miembro a vetar el desembolso del dinero.
Manifestó: “Si el Sur necesita ayudas de nuestro país para afrontar la crisis (lo entiendo porque tienen un margen financiero limitado para responder ellos mismos), es razonable que nosotros pidamos un compromiso claro con las reformas. Y si los préstamos van a convertirse en parte en subsidios, las reformas son todavía más cruciales y necesitamos una garantía absoluta de que se lleven a cabo”.
El economista Luis Miguel González se encargó de desmontar el argumento: “A los bancos holandeses y alemanes les renta mucho prestar a las empresas españolas, porque pueden cobrar intereses más altos que los que cobrarían en sus países. Esto es debido a la famosa prima de riesgo. Si miramos el saldo de la balanza comercial de Holanda nos encontramos con que tiene siempre superávit, mientras que España siempre tiene déficit”.
“Esa situación de desequilibrio comercial en economías con diferentes divisas “se arregla dejando en libre fluctuación sus monedas. La divisa del país importador se deprecia y la del país exportador se aprecia. Los tipos de cambio actúan como estabilizador automático”.
“Luego, esa riqueza que se nos va vía balanza comercial nos retorna vía balanza de capitales, esto es, en forma de créditos. Aumentando el endeudamiento de familias y empresas (el sector privado). Un chollo para los países exportadores”, subrayaba.
Nuestras necesidades financieras futuras han sido amortizadas, por anticipado, por sus lógicas de rapiña fiscal. Por ejemplo Holanda perjudica a España con su política fiscal en alrededor de 1.000 M€ al año que son los ingresos fiscales eludidos solo en firmas estadounidenses.
Si acumulamos el expolio fiscal producido desde la crisis del 2008, se obtiene una cifra de 10.000 millones de euros que es, aproximadamente, el valor de la cuota de riesgo que tendría que asumir Holanda, un 7% del PIB de la UE, si se nos concediera un crédito de 120.000 millones de euros.
Donde dije digo, digo Diego
En febrero de 2023, Joe Biden volvió a ofrecer a Rutte en el despacho oval ser el líder de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y, al contrario que en las veces anteriores, el neerlandés le respondió “cuando se dé esa circunstancia, llámame” y así ha sido.
El pasado 7 de julio de 2023 presentó su dimisión como presidente de Países Bajos por desacuerdos sobre la política migratoria, y unos días después, anunció que dejaba la política después de las elecciones del 22 de noviembre. Pero pocos se creyeron que no tenía otro plan.
“Él ya sabía desde ese día que era favorito para la OTAN. Esa es una de las razones por las que forzó una crisis en su propio gobierno”, asegura el comentarista político neerlandés Ron Fresen, que analizó a Rutte y su entorno.
La Cumbre de la OTAN en Washington entre el 9 y el 11 de julio conmemora el 75 aniversario de la Alianza, sobre la que se desliza la sombra del posible regreso del expresidente estadounidense Donald Trump a la Casa Blanca.
La Cumbre se centrará en el apoyo militar al régimen ucraniano y en la Directriz del 2% de inversión destinada a gastos de defensa, acordada en 2014 por los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, la establecieron con el fin de contribuir a garantizar la continua preparación militar de la Alianza, solamente 23 de los 32 países que la integran alcanzaron esa meta este año. La sucesión en el mando en la OTAN copará la Cumbre y escenificará el reemplazo del noruego Jens Stoltenberg.