El líder israelí se enfrenta a tres expedientes judiciales principales conocidos como los «Casos 1000, 2000 y 4000». En ellos se le acusa de delitos de corrupción, recepción de sobornos y abuso de confianza.
Aunque Netanyahu ha rechazado en todo momento todas las imputaciones, la fiscalía sostiene que el primer ministro intercambió favores regulatorios y políticos por obsequios de lujo y una cobertura mediática favorable en medios de comunicación clave.
Mientras el mandatario se defiende en los tribunales, se ha conocido que su esposa, Sara Netanyahu, estaría realizando gestiones para solicitar un indulto que libre a su marido de cualquier condena potencial. Esta situación añade más presión política a un primer ministro que gobierna en minoría y que se encuentra en el ojo del huracán tanto por su gestión en la ofensiva de Gaza como por sus problemas legales domésticos.