Por Luis Carlos Samudio G.
El relevo generacional en este país permitió concretar en 1977 los Tratados Torrijos-Carter, para descolonizar el territorio. Así lo confirman los registros históricos, que definen las luchas generacionales a favor de la soberanía plena.
Al cumplirse 25 años de administración panameña de la vía interoceánica, es justo reconocer que la empresa canalera ha dado grandes aportes económicos al erario nacional. Sin embargo, surge un nuevo clamor en la lucha generacional, debido a que no se ve que los recursos canaleros lleguen a la clase humilde y media de la población para mejorar sus condiciones de vida. Los beneficios económicos generados por la operación de la vía acuática volaron como palomas a otros nidos sociales.
Con el despertar de las trompetas del republicano Donald Trump y sus declaraciones amenazantes e intimidatorias hacia la soberanía de Panamá, surgen también las voces de las generaciones que han sufrido actos de discriminación, como el caso del panameño Steve Great (q.e.d.p.), sentenciado a 50 años de cárcel, como lo describió el periodista panameño Joaquín Beleño en su libroGamboa Road Gang.
De hecho, los eventos del 9 de enero de 1964, en defensa de la soberanía, han activado las alertas ante las ambiciones malintencionadas de Washington.
La desaparición reciente del exmandatario Jimmy Carter, provocó un sentimiento de pesar en Panamá. Este país tiene un profundo respeto y aprecio a Carter por su contribución y liderazgo de gran relevancia mundial. Aún se recuerda la intervención de Carter en el conflicto árabe-israelí, para resolver en firma pacífica la disputa entre árabes que solicitaban soberanía e israelíes que reclamaban seguridad en el Medio Oriente.
Hoy, grupos económicos se aprovechan de las conquistad de la lucha generacional que culminó con Torrijos. La ex mandataria Mireya Moscoso tuvo la oportunidad de recibir las áreas canaleras revertidas por la administración de Estados Unidos a Panamá hasta 1999.
El presidente José Raúl Mulino inauguró una placa en homenaje al siglo de operación del Canal bajo la administración de Panamá, demostrando el reconocimiento al relevo generacional encabezado por el general Torrijos. Hoy, con orgullo, ondea una sola bandera en todo el territorio panameño.
Habría que destacar al exmandatario general José Antonio Remón Cantera, quien también negocio con Estados Unidos y planteo la frase “ni millones ni limosnas, queremos justicia”. Remón consiguió algunas transformaciones importantes de forma gradual en el sector del comercio, lo que amplió las compras de productos a Panamá.
Además, se debe resaltar al exmandatario Roberto F. Chiari. En 1963, se concretó un pacto entre Panamá y Estados Unidos en el que ambos países se comprometieron a izar la bandera panameña en las astas localizadas en estructuras públicas de la antigua Zona del Canal, lo que fue incumplido.
En 1964, el presidente Roberto F. Chiari comunicó que había decidido romper las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Esa decisión histórica fue adoptada por la agresión armada estadounidense en territorio panameño.
El 24 de septiembre de 1965, los mandatarios de Panamá Marco A. Robles y el de Estados Unidos Lyndon B. Johnson rubricaron la Declaración Conjunta que apuntaba hacia un nuevo Tratado del Canal. Se puso en marcha una etapa enérgica de negociación, con el objetivo de cubrir las necesidades actuales y venideras de ambas naciones.
Por su parte, el comandante Omar lanzó la expresión ”ni con la izquierda ni con la derecha, sino con Panamá”, para emprender sin sectarismos la lucha de liberación nacional.
Es importante destacar el valor de los militares y su participación en la lucha generacional por la recuperación de la soberanía, pese a que ciertas acciones de colegas militares no han estado en consonancia con el compromiso con la patria. La mayoría sí ha respondido al ideal patriótico.
Para finalizar, los panameños no están exentos de la adversidad, pero es el momento de mostrar al mundo que somos una nación libre y soberana. Además, lograron resolver las controversias sin luto y sin derramar sangre.
¡Juntos trabajemos a favor de paz y la convivencia pacífica!