A través de la red social X (antes Twitter), el mandatario desmintió categóricamente la información, calificándola de «barbaridad de mentira» y asegurando que, por el contrario, el gobierno español le prestó su ayuda.
«La humillación no la pusieron en el aeropuerto de Madrid, no digan más mentiras», escribió Petro en su cuenta. Según su relato, el problema no tuvo lugar en suelo europeo, sino en Cabo Verde, un archipiélago de África Occidental. El presidente atribuyó la responsabilidad a «la empresa norteamericana con la que la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) contrato toda su gasolina fuera del país, cosa que nunca debió ocurrir».
El mandatario no dudó en señalar un motivo político: «El mundo sabe que me persigue Trump porque me opuse al genocidio en Gaza y al crimen en el Caribe».Además, anunció una consecuencia directa: «Menos mal pone la empresa gringa la humillación, porque se romperá el contrato con ella».
La mención de Cabo Verde carga con un pesado historial diplomático y legal que inmediatamente resuena en el contexto latinoamericano. Este país fue el centro de un prolongado conflicto internacional por la detención en 2020 de Alex Saab, diplomático venezolano y allegado al gobierno de Nicolás Maduro.
Saab fue detenido en una escala técnica en Cabo Verde y la detención fue calificada por Caracas y sus aliados como un «secuestro», argumentando que al momento de su captura contaba con inmunidad diplomática por ser un enviado especial de Venezuela en una misión humanitaria.
El caso se tornó emblemático de la presión internacional contra el Gobierno venezolano. Durante su cautiverio, Saab denunció haber sido torturado, y su situación fue objeto de escrutinio por parte de organizaciones internacionales. Tanto Naciones Unidas como el Tribunal de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) se pronunciaron críticamente sobre su detención y extradición a EE. UU., considerando que se violaron procedimientos legales y tratados internacionales.
Las autoridades de Cabo Verde en ese entonces hicieron caso omiso de las resoluciones de la Cedeao que ordenaban la liberación inmediata de Saab y su indemnización. Finalmente, tras una intensa batalla legal y diplomática, el diplomático fue liberado a fines de 2023 como parte de un canje de prisioneros entre Estados Unidos y Venezuela, que incluyó la liberación de diez estadounidenses, entre ellos dos exmiembros de las Fuerzas Especiales involucrados en la fallida «Operación Gedeón».