Al asunto se le trata como al llamado «elefante en el salón», un tema particularmente espinoso que es imposible ignorar, pero que nadie -en especial los políticos- quieren tocar «ni con una vara larga».
En esta temporada eleccionaria en particular, el asunto ha estado bien presente en la palestra porque la candidatura del independentista Dalmau ha cobrado una fuerza inusitada, lo que aprieta el botón de la alarma en los enemigos tradicionales de la independencia para Puerto Rico.
Sin embargo, si todos los medios, politólogos y analistas mediáticos fueran competentes, creativos y honestos -la mayoría lo es- el asunto del estatus debería ser un tema impostergable e incisivo, no solo cuando cubren o entrevistan a Dalmau, sino a todas y todos los candidatos de todos los partidos, particularmente aquellos que aspiran a la gobernación y la comisaría residente, posiciones que los convierten en interlocutores directos con las autoridades de la metrópolis en Puerto Rico, que es la Junta de Control Fiscal, y en Estados Unidos que son el Presidente, el Congreso y el Tribunal Apelativo y Supremo.
Pero esta no ha sido una temporada electoral como las demás. Después de las primarias de los partidos Nuevo Progresista (PNP) y Popular Democrático {PPD), la candidata a la gobernación seleccionada por el PNP, Jennifer González, ha adoptado la peligrosa práctica de evitar comparecer ante los medios y programas de análisis político, así como a los foros y conversatorios que se organizan para escuchar las propuestas de los distintos candidatos y partidos.
Igualmente evasivo con el tema del estatus ha sido el candidato del PPD a la gobernación, Jesús Manuel Ortiz. Tal parecería que, en ambos casos, se trata de una estrategia de auto preservación ante posibles cuestionamientos sobre un tema que no les favorece.
Por tanto, ni han trascendido las preguntas de los periodistas a estos candidatos sobre el tema del estatus político, ni tampoco los propios candidatos del PNP y el PPD han sido muy proactivos presentando sus propuestas sobre el mismo.
Por supuesto que quieren evadirlo. El tema no les favorece, sobre todo ahora que, después de más de 60 años, los partidos Republicano y Demócrata de Estados Unidos han hablado duro y claro sobre el tema del estatus político de Puerto Rico.
El Partido Republicano -al que pertenece la candidata a la gobernación del PNP- le quitó su respaldo a la anexión o estadidad para Puerto Rico, y eliminó dicha opción del programa de su partido. Por su parte, el Partido Demócrata, al que pertenece el candidato del PPD, dejó de respaldar al Estado Libre Asociado (ELA), nombre con que pretendieron por 60 años maquillar el colonialismo puro y duro de Estados Unidos en Puerto Rico.
Por eso Jenniffer González del PNP no quiere hablar del tema, sobre todo ahora que, aún después de la bofetada recibida, su partido se propone celebrar otra consulta falsa de estatus, la tercera consecutiva, para tratar de cargar a su favor la contienda electoral, con una «estadidad» que ella sabe que nunca llegará.
Otro engaño más para seguir cogiendo de tontos a sus propios votantes. Por su parte, Jesús Manuel Ortiz del PPD tampoco quiere hablar del tema, sobre todo por lo feo que le queda seguir insistiendo en la farsa de un ELA que realmente nunca existió y que solo fue una cortina de humo para Estados Unidos evitar la condena internacional por mantener un régimen colonial en Puerto Rico.
En las colonias, el tema del estatus político siempre está en «issue» y, por más que se rehuya, asomará sus gigantes orejas y trompa, como el llamado «elefante del salón».
Por eso, la Alianza tiene una propuesta madura y clara para atender el tema, conforme al derecho internacional y mediante una Asamblea Constitucional de Estatus con amplia participación de todos los sectores, partidos y tendencias ideológicas no territoriales ni coloniales en Puerto Rico.
Impulsar y adelantar ese proceso, en acuerdo y negociación con el Presidente y el Congreso de Estados Unidos, será la única opción para que nuestra nación caribeña y latinoamericana pueda labrarse un rumbo político y económico propio y próspero.
Los partidos de Estados Unidos, que representan a las y los políticos que saldrán electos este próximo noviembre en las elecciones allá, ya se expresaron elocuentemente al respecto, rechazando las opciones del ELA y la estadidad.
Ahora le toca a nuestro pueblo trabajar en serio, sin auto engaños ni espejismos, para trazar la ruta hacia un estatus político final y digno para las futuras generaciones.