La ofensiva liderada por el M23 en el este de la República Democrática del Congo (RDC) “ha despertado el espectro de un conflicto regional con consecuencias incalculables”, declaró eel jefe de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix.
Este funcionario de Naciones Unidas teme una “fragmentación” de la RDC, según declaró ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras tomar las grandes ciudades de Goma en enero y Bukavu en febrero, el M23, apoyado por Ruanda, lanzó una nueva ofensiva a principios de diciembre en la provincia oriental de Kivu del Sur, junto a la frontera con Burundi.
En particular, el miércoles se apoderó de Uvira, una ciudad de varios cientos de miles de habitantes, lo que le permitió controlar la frontera terrestre entre la RDC y Burundi, con el objetivo, entre otros, de privar a Kinshasa del apoyo militar de Bujumbura.
Los procesos de paz, bajo fuego
“El conflicto está experimentando una regionalización cada vez más marcada”, explicó Lacroix. “La implicación directa o indirecta de fuerzas y grupos armados procedentes de países vecinos, así como los movimientos transfronterizos de poblaciones desplazadas y combatientes, aumentan considerablemente el riesgo de un conflicto regional”, añadió.
También insistió en los riesgos para la “unidad” y la “integridad territorial” de la RDC. “Los recientes acontecimientos plantean un grave riesgo de fragmentación progresiva de la República Democrática del Congo, en particular de su parte oriental”, declaró, destacando “la expansión territorial del AFC/M23, el establecimiento de administraciones paralelas y el debilitamiento de la presencia estatal en determinadas zonas”.
Esta nueva ofensiva del M23 se produce solo unos días después de la firma en Washington de un “acuerdo de paz” entre la República Democrática del Congo y Ruanda.