Por Marta Martín
Los 177 votos hacen insuficiente la negativa del bloque de izquierdas.
Edmundo González, perdedor de las elecciones presidenciales en Venezuela, aterrizó en Madrid en calidad de asilado tras las negociaciones entre el Ministerio de Exteriores español, el Gobierno de Venezuela y el Departamento de Estado de los EEUU, que es quien manda sobre la oposición fascista venezolana.
De esta forma, Venezuela, se quita presión internacional por el terrible hecho de cumplir con las leyes de su país y EEUU se quita el peso de tener que soportar el descalabro de la operación Guaidó 2.0.
La salida de González y su carta de despedida son un golpe moral y anímico para la oposición fascista venezolana, puesto que a partir de ahora va a ser imposible que se disipe la idea, ya generalizada, de que el autoexilio de González, abandonando a María Corina, supone una grave derrota política.
Si González supiera que los resguardos electorales que publicaron en la web fake no eran falsos, seguiría insistiendo en que es él el Presidente. Él sabe que no puede demostrarlo porque el 28J no solo perdió las elecciones, también perdió el apoyo de Washington que, una vez más, se siente decepcionado con la derecha venezolana.
Con esta PNL, que no tiene ningún valor jurídico, pese a lo que digan el fascismo venezolano y sus medios de comunicación afines, el PP solo busca la ruptura del bloque de la investidura y María Corina intenta erigirse como única líder opositora fracasando en el intento ya no solo en Venezuela, sino también aquí en España, con una concentración a las puertas del Congreso que no ha tenido el éxito que ella esperaba.
Al PP y a María Corina no les importa Venezuela. Intentan conseguir, sin éxito, incendiar el país, repitiendo recetas fracasadas que tendrían un efecto devastador en toda la región para recuperar sus privilegios explotando a los pueblos, siempre claro, en nombre de la libertad.
Tras el fracaso golpista, los Populares y su adalid María Corina rabian porque Edmundo González en Madrid aleja el peligro de guerra civil que han estado buscando en el país. Por eso, ya es hora de que saquen sus manos de Venezuela. Respeten la legalidad institucional y la legitimidad de su Gobierno y de su presidente Nicolás Maduro.
El 28J el pueblo habló y le dijo a los fascistas: ¡No pasarán!