Por Manuel Vásquez, Corresponsal-Jefe
Como rasgo distintivo, el establecimiento de esos vínculos se produjo durante la visita del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, en 1994, para participar en la toma de posesión del recién electo presidente Nelson Mandela.
Durante estas tres décadas, al decir del embajador cubano ante Pretoria, Enrique Orta González, la relación entre Cuba y Sudáfrica se ha evidenciado como un exitoso ejemplo de cooperación Sur-Sur, con un impacto directo en los pueblos de ambos países y que profundiza su aprecio y respeto mutuo.
Es de destacar que la formalización de las relaciones bilaterales con Cuba se consideró uno de los primeros actos de política exterior del gobierno democrático sudafricano.
De hecho, recuerda Orta González para Prensa Latina, Cuba fue el primer país en recibir el reconocimiento diplomático del gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC), partido de Gobierno desde entonces en Sudáfrica.
No obstante, los contacto entre ambos pueblos comenzaron en 1961, cuando comenzaron a llegar a Cuba jóvenes sudafricanos de las fuerzas antiapartheid para recibir atención médica o formación profesional en medicina y ciencias.
Ellos constituyeron el primer grupo de muchos que en las próximas décadas recibieron entrenamiento militar y médico en Cuba. Asimismo, dice el Embajador, cientos de cuadros del movimiento de liberación sudafricano fueron entrenados en la isla y por cubanos fuera del país.
En ese contexto, resalta Orta González, uno de los elementos que más han marcado las relaciones bilaterales ha sido la estrecha amistad entre Fidel y Mandela, sellada en la lucha común y que se mantuvo inquebrantable, porque la admiración entre ambos líderes fue siempre mutua.
Así, uno de los primeros viajes de Mandela al exterior, tras ser liberado, fue a Cuba en 1991, ocasión en la cual fue condecorado con la Orden José Martí, la más alta distinción que otorga la isla.
De su lado, Fidel Castro realizó la primera de dos visitas oficiales a Sudáfrica en 1998 (la segunda fue el 2001), cuando fue condecorado con la Orden de Buena Esperanza, concedida a Jefes de Estado y dignatarios extranjeros como símbolo de paz, amistad, cooperación y buena voluntad.
Vínculos políticos y económicos
Sobre las relaciones a nivel político, el Embajador explicó cómo Cuba y Sudáfrica también están alineadas en numerosos temas de la agenda global y mantienen una fructífera cooperación en el ámbito multilateral a través de mecanismos como el Movimiento de Países No Alineados, el Grupo de los 77 y China, y las Naciones Unidas.
Sudáfrica también ha mantenido una histórica posición de apoyo en la lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo cubano, votando consistentemente, cada año, a favor de la resolución cubana que se presenta ante la Asamblea General de la ONU, exigiendo el fin de esa política de asfixia económica.
Pero, sin dudas, destacó Orta González, uno de los aspectos más relevantes de las relaciones bilaterales lo constituye el Acuerdo de Cooperación en los sectores de la Salud Pública y las Ciencias Médicas entre ambos gobiernos en 1996.
En virtud de él miles de médicos cubanos han brindado su asistencia al pueblo sudafricano, principalmente en áreas rurales.
También, como parte de esa iniciativa, más de dos mil jóvenes sudafricanos se han graduado en Cuba, especialmente a través del programa de formación académica Nelson Mandela-Fidel Castro.
Otros múltiples convenios se firmaron entre 2001 y 2022 en los sectores científico técnico, comercio marítimo, arte y cultura, empleo y seguridad social, asentamientos humanos, desarrollo y bienestar social, construcción, defensa, recursos hídricos, educación básica, deporte y recreación, tecnologías de la información y las comunicaciones, y servicios postales.
Asimismo, prosigue Orta González, varios acuerdos se encuentran en fase de negociación, lo que implicará la ampliación de la cooperación hacia sectores como el jurídico y penal, de educación superior, minería y geología, transporte, pesca y acuicultura, entre otros.
Todo lo que hemos logrado en estos 30 años de relaciones bilaterales, resaltó el Embajador, ha sido posible gracias a la voluntad de ambos Estados de seguir trabajando juntos en el marco de una amplia y multifacética cooperación de beneficio mutuo.
Ésta, sin dudas, aún tiene un enorme potencial para incorporar nuevas formas de interacción, como es el caso del fortalecimiento de las relaciones comerciales y de inversión, concluyó.