El diario Folha de S. Paulo señala que esta información fue proporcionada por el Gobierno estadounidense a pedido de Fernando Morais, biógrafo del líder izquierdista, que a principios de 2023 inició su tercer mandato, tras los dos anteriores (2003-2011).
La mayor parte de los documentos (613) fueron producidos por la CIA, aunque también hay informes del Departamento de Estado, de la Agencia de Inteligencia de la Defensa y del Departamento de Defensa, entre otros órganos.
Los registros abarcan el período entre 1966, en plena época militar y con Lula ascendiendo en su carrera sindical, y 2019. A finales de ese año, el mandatario salió de la cárcel, donde permaneció 19 meses, después de que fuera anulada la condena por corrupción.
A la espera de nuevos archivos
Según el rotativo brasileño, Morais todavía no ha tenido acceso a los documentos completos, entre los que figuran informes sobre la relación de Lula con la expresidenta Dilma Rousseff, reuniones con autoridades de China y de Oriente Medio o planes militares brasileños.
El biógrafo solicitó la documentación a través de un despacho de abogados, amparándose en la Ley de Libertad de Información estadounidense.
«El presidente aún estaba en prisión cuando obtuve poderes para recopilar en su nombre todos los registros existentes en las agencias», explicó Morais.
Asimismo, aseguró que toda la información recogida en estos documentos servirá para el segundo volumen de la biografía del mandatario, después de la primera parte publicada en 2021.
Fernando Morais, el biógrafo del presidente que reveló el espionaje de Washington, indicó en comentarios para RT que el centro aeronaval del sur de EEUU tiene un servicio de inteligencia encargado de vigilar a los latinoamericanos.
En opinión de Morais, el espionaje contra Lula da Silva debe ser investigado como un crimen «de violación de la soberanía brasileña».