El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Esmail Baqai, ha rechazado las acusaciones de que Teherán intervino en cualquier intento de asesinar a funcionarios estadounidenses actuales o anteriores y las ha tildado de “completamente infundadas”.
El diplomático ha recordado que similares acusaciones se plantearon en el pasado contra la República Islámica y fueron rotundamente rechazadas por Irán. Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron de manifiesto la falsedad de los infundios.
Baqai ha afirmado que la repetición de estas acusaciones en la actual coyuntura —en que el expresidente Donald Trump ha ganado esta semana los comicios presidenciales estadounidenses— evidencia “una repugnante conspiración de los sionistas y círculos antiraníes para complicar los problemas entre Irán y Estados Unidos”.
Ha dejado claro que la República Islámica de Irán, como se ha dicho una y otra vez en el pasado, “utilizará todos los medios legítimos y legales, tanto a nivel nacional como internacional, para reivindicar los derechos del pueblo iraní”.
Con estas palabras Baqai ha reaccionado a un informe de la agencia de noticias Associated Press, según el cual el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó cargos federales contra tres personas relacionadas con “una supuesta trama orquestada por las autoridades iraníes para asesinar” al candidato ganador republicano.
El reporte afirmó el viernes que “un funcionario anónimo del Cuerpo de Guardianes de Irán” ordenó supuestamente “a un contacto el pasado septiembre elaborar un plan para vigilar y, en última instancia, matar a Trump”.
Durante la carrera electoral cuando el magnate republicano salió ileso de un el fallido intento de asesinato el pasado 13 de julio en Butler, Pensilvania, las autoridades de la actual Administración y la inteligencia estadounidenses apuntaron también con el dedo acusador a Irán.
Teherán rechazó rotundamente la acusación de haber planeado algún complot para asesinar a Trump, y detalló que había optado “por el camino legal para responsabilizarle y llevarle ante la justicia” por ordenar el asesinato del destacado comandante antiterrorista iraní el teniente general Qasem Soleimani en un ataque estadounidense en Irak en 2020.
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