Dos semanas antes de viajar al país norteamericano para negociar un plan para poner fin a la guerra en Gaza, Netanyahu se presentó ante sus seguidores en un asentamiento israelí en la Cisjordania ocupada y prometió que nunca existirá un Estado palestino.

No obstante, en el plan de Paz respaldado por Trump se habla de un «camino creíble», por vago que fuera, hacia un Estado palestino. «La sorpresa estaba al final», explicó una de las fuentes. «Se sintió como una traición definitiva», añadió.

Netanyahu y su equipo intentaron suavizar algunos elementos de lo que se convirtió en el plan de paz de 20 puntos de Trump, especialmente la referencia a un Estado palestino, pero «era imposible cambiar más que unas pocas palabras aquí y allá», detalló otra de las fuentes, que leyó los borradores del plan.

Por otro lado, el medio británico indica que Netanyahu y sus negociadores buscaron una importante concesión: la posibilidad de volver a la lucha si Tel Aviv decidiera que el movimiento palestino Hamás ha incumplido alguna cláusula de dicho acuerdo.

En este momento, se le dijo a la parte israelí que «dejara de buscar lagunas jurídicas», aseguró la fuente, detallando que el propio Trump había garantizado a los países árabes de la región que Israel «no volvería a reanudar la guerra». Esta promesa fue verificada por una segunda persona familiarizada con las conversaciones entre la Casa Blanca y los funcionarios árabes.