Las políticas de represalia y las acciones de intimidación contra Barghouti y su familia forman parte del proceso organizado de presión y castigo colectivo contra este prisionero palestino, subrayó la oficina en un comunicado.
Añadió que, junto con la continuación del confinamiento en solitario de Barghouti, su privación de visitas y su exposición a torturas, malos tratos y las amenazas públicas de Itamar Ben-Gvir, ministro de seguridad interna del régimen israelí, todo ello demuestra la existencia de una intención directa de poner en peligro su vida.
“Mientras los prisioneros palestinos continúan enfrentando aislamiento, torturas y violaciones constantes de sus derechos humanos, el silencio de la comunidad internacional se considera una cobertura para la continuación de los crímenes del régimen sionista contra los prisioneros palestinos y una grave negligencia en su deber de protegerlos”, subrayó el comunicado.