El sufragio universal es un ideal que todos los somalíes comparten. Sin embargo, el profundo desacuerdo político entre los grupos, los persistentes desafíos de seguridad, la inminente expiración del mandato del gobierno y las limitaciones financieras hacen que la implementación oportuna del sufragio universal sea casi imposible.
La búsqueda del sufragio universal sin el consentimiento político, la preparación institucional o las garantías mínimas de seguridad no profundiza la democracia o la soberanía; concentra el poder en manos de los titulares, al tiempo que aumenta el riesgo de fragmentación y autoridad paralela.
En lugar de abordar estas limitaciones a través del consenso, el gobierno está involucrado en una toma de poder, desplegando la retórica del sufragio universal. Ha cambiado unilateralmente la constitución, que constituye la base del acuerdo político. También ha promulgado leyes egoístas que rigen los procesos electorales, los partidos políticos y la Comisión de Elecciones y Fronteras. Además, el gobierno ha nombrado a 18 comisionados, todos respaldados por el gobernante Partido de Justicia y Solidaridad (JSP).
Mientras tanto, Somalilandia anunció su secesión en 1991 y ha estado buscando reconocimiento durante las últimas tres décadas y media. La mayor parte de la oposición nacional de Somalia, junto con los líderes de los Estados Miembros Federales de Puntlandia y Jubbaland, han rechazado el enfoque del gobierno y han formado el Consejo para el Futuro de Somalia. Estos grupos han anunciado planes para organizar una convención política en Somalia, lo que indica su intención de seguir un proceso político paralelo si el gobierno no escucha.
El Gobierno Federal de Somalia no controla plenamente el país. Al-Shabab controla ciertas regiones y distritos y conserva la capacidad de realizar operaciones mucho más allá de sus zonas de control directo. Recientemente, el grupo de línea dura atacó una prisión ubicada cerca de Villa Somalia, un claro recordatorio del frágil entorno de seguridad en el que tendría que realizarse cualquier proceso electoral.
Dado el alcance de la polarización y el tiempo limitado que permanece bajo el mandato actual, la comunidad internacional debe intervenir para apoyar la sexta transición política de Somalia en 2026. La forma más viable de garantizar una transición segura es promover un modelo de elección indirecta mejorado. La clase política de Somalia tiene una larga experiencia en elecciones indirectas, después de haber confiado en este modelo cinco veces en los últimos 25 años. Sin embargo, incluso con el acuerdo político, el modelo de elección indirecta mejorado para la dispensa de 2026 debe cumplir con los estándares de puntualidad, viabilidad, competitividad e inclusión.