Por Paulo Cannabrava Filho

   Los muertos ya suman 151 y 104 son los desaparecidos. El 85% de la población sin agua, el 25% sin electricidad. Catástrofe climático, tragedia humana. El agua es el lodo y las enfermedades: diarrea, tifus, leptospirosis y, con la ola de frío, enfermedades respiratorias.

   Un tercio de la ciudad de Porto Alegre, con 1,5 millón de habitantes, inundada, y el Aeropuerto de Salgado Filho está inoperante porque está cubierto de agua. Hay 10.000 personas reunidas en 100 refugios; 42 carreteras dañadas. La Cámara de Diputados decretó calamidad pública en Río Grande do Sul.

   El sistema de inundaciones y bombas, hecho para controlar las inundaciones, colapsó debido a la falta de mantenimiento. Sin ello, el agua se queda ahí, estancada. El gobierno de Sao Paulo envió algunas bombas de Sabesp para ayudar en el flujo de agua, pero es poco, dice casi nada.

   La Lagoa dos Patos se elevó tres metros, la inundación llegó a Canoas, Guaíba, Porto Alegre y San Leopoldo. En Canoas, 70.000 casas sumergidas. Construirán ciudades temporales para albergar a los miles de personas sin hogar.

   La línea de producción de los fabricantes de automóviles comienza a detenerse en el sureste debido a la falta de piezas que son producidas por las fábricas en el estado de Río Grande. El turismo paralizado empieza a influir en el conjunto de la economía nacional.

   Los niños sin padres, padres sin hijos, conforman el drama humano en medio de una catástrofe ambiental. Unos 300.000 estudiantes sin sus escuelas, 400 de ellas dañadas por las inundaciones.

   Esta situación tiene que ser vista como una lección para los negadores y, en las zonas urbanas, para la industria inmobiliaria controlada por grandes empresas, así como los administradores que abandonaron el urbanismo.

   Otra lección es que sólo el Estado es capaz de enfrentar y dar una solución al drama humano y al caos urbano. El capitalismo, el neoliberalismo, matan más que cualquier pandemia.

   El neoliberalismo abandonó las empresas públicas y cedió en lo que dio. Skewfish, Emae, una compañía de agua y energía, tenía en 2007 2.493 servidores, ahora representan alrededor de 1.050. Imposible para satisfacer la demanda.

   Impresionante la solidaridad del pueblo gaucho. Las personas que han sido salvadas trabajan como voluntarios en los diferentes frentes en operación. No hay desastre de izquierda o derecha, así que unidad. La unidad es fundamental para encontrar soluciones, atender emergencias.

   El Congreso publicó R$ 800 millones en Enmiendas de Pix, la que no necesita rendir cuentas. Por otro lado, aprobó 4.900 millones de reales para el fondo electoral, para gastar en campaña para las elecciones municipales, a concejales y alcaldes electos. La mitad de esto sería un gran alivio para los gauchos.

   Quién dirá ahora que el calentamiento global no tiene nada que ver con esto, a lo que se suma la ocupación depredadora del territorio? Los bosques ribereños ocuparían al menos 30 metros de cada ribera del río. Casi nadie obedece a esto, incluidas las zonas urbanas donde debería haber espacio para el agua.

   Las autoridades advierten que no es el momento de regresar a casa. Imagínense la desesperación de estas personas que tenían la casa invadida por las aguas hasta el techo, lo perdieron todo, es una start-up dramática. Es impactante. En medio de esta desgracia, hay oportunistas que difunden mentiras alarmistas y los ladrones roban casas robando electrodomésticos y otros bienes.

   La Fuerza Nacional trasladó a un contingente de 100 hombres para colaborar con la policía. La Armada ha enviado a su barco más grande, un portaaviones con suministro, y la Fuerza Aérea también transporta material que está siendo donado en todos los rincones del país.

En la Legislatura: proyectan bombas

   Los ambientalistas también señalan a las legislativas, en los tres niveles, municipales, estatales y federales, como responsables de aprobar las agendas de flexionación del control ambiental. No es un fenómeno natural y los legisladores insisten en negarlo, siguen con la idea de pasar la boya.

   Ejercen la dictadura de la mayoría. Solo el Frente Agronopeo cuenta con 26 bancadas, 300 diputados y 44 senadores. Actúan no sólo con sus propias agendas sino también en el desmantelamiento de las políticas medioambientales.

   Apodado el Paquete de Nueva Destrucción, 25 proyectos de ley y tres propuestas para enmendar la Constitución están pendientes en la Legislatura ajeno a la catástrofe ambiental. Según el Observatorio del Clima, causará daños irreversibles a los ecosistemas brasileños, a los pueblos tradicionales, al clima global y a la seguridad de cada ciudadano.

   Uno de estos proyectos, reportado por el senador Márcio Bittar, de la Unión Brasileña, reduce del 80% al 50% las áreas de reserva legal en la Amazonía; otro elimina la protección de los campos nativos, como las pampas gaucho, por ejemplo.

   El Nuevo Paquete de Destrucción deja una superficie desprotegida de 48 millones de hectáreas, equivalente a las ampliaciones combinadas de los estados de Rio Grande do Sul y Paraná.

Población rechaza negatividad

   A diferencia de la legislatura, la población rechaza a los negativistas. Según una encuesta de Genial/Quaest, casi el 70% (68%) de los brasileños, señala al gobernador Eduardo Leite (PSDB) como culpable de la catástrofe climática que sumió a Rio Grande do Sul en el caos ambiental y el drama humano.

   También aparece como responsable (64%) la ciudad de Porto Alegre, y el gobierno federal (59%).

   La población comienza a entender que el calentamiento global no es natural, es el producto de la acción depredadora de los seres humanos, y podría evitarse con las medidas apropiadas. El ser humano es el único ser vivo que destruye su propio hábitat.

   No hay soluciones a corto plazo. La solución comienza con la comunicación y la educación, que cada niño cobrará a los padres un comportamiento de respeto a la naturaleza, y que en cada municipio se haga una planificación urbana sostenible.

Amazon en el fuego

   Las quemadoras en la Amazonía aumentaron un 154% en comparación con el mismo periodo de 2023. En todo el país, el incremento fue del 81%.

   Parte de este desastre es consecuencia de El Nino, que causó sequía en gran parte del territorio. Sin embargo, una parte sustancial es consecuencia de la deforestación y la minería ilegal y no menos culpa de la expansión depredadora de la frontera agrícola.

   En el Cerrado la deforestación aumentó un 43%, mientras que 9.000 km2 se despejaron en la Amazonía, lejos de las promesas de Lula de cero deforestación.