En una entrevista con Víctor Hugo Morales en la 750, García Linera llamó a reflexionar sobre el rol de los «poderes fácticos» que atentan contra los gobiernos en la región.
“En todo el mundo, en todas las democracias, hay poderes fácticos que escapan al voto. Las oligarquías empresariales, las fuerzas armadas y, en el caso de América, la Embajada norteamericana”, ha dicho García Linera apenas horas después del intento de golpe de Estado en Bolivia, donde el general detenido Juan José Zúñiga intentó ingresar al Palacio del Quemado con tanquetas, lo que desató las alertas del gobierno boliviano y de presidentes de toda la región, con excepción del argentino, Javier Milei.
El exvicepresidente sostuvo que “esos poderes fácticos siempre están ahí, al margen de la democracia”. Y que actúan “cuando ven debilidad en los gobiernos”. “Ayer le tocó actuar a una facción, a un pedazo muy conservador, del interior de las Fuerzas Armadas”, dijo, y descartó de ese modo la versión de un posible «autogolpe», tal como sugirió un sector del propio Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Arce y Evo Morales.
Este jueves, el diputado Anyelo Céspedes Miranda le dijo a la 750 que «todo ha sido planificado» por Arce.
García Linera, lejos de suscribir la idea de que hubo un autogolpe de Estado, dijo que se trata de “los peligros siempre latentes, que nunca desaparecen, pero que se vuelven más inmediatos cuando los gobiernos progresistas tienen dificultades, están débiles. Y quedan más silenciados cuando los gobiernos son fuertes”.
De hecho, sostuvo que las declaraciones del propio exgeneral Zúñiga -quien se puso al frente de la insurrección y luego, al ser detenido, aseguró que era todo un plan orquestado por Arce- “hay que tomarlas a título de inventario, porque ya un hombre detenido que no tiene nada que perder”.
“Esas son las fracturas internas que nos muestran débiles. Y peleas internas nos hacen olvidar enemigos mayores. Que como ayer, sacan la cabeza, asoman las orejas”, dijo con contundencia en medio de un tumultuoso gobierno de Luis Arce, mediado por una gran pelea con Evo Morales.
Por eso, aclaró que “las fuerzas progresistas tienen siempre contradicciones. Pero cuando se convierten en fundamentales, dejamos de ver al verdadero adversario que está agazapado”. Finalmente, relató: “En Bolivia viene actuando desde principio de año con la corrida bancaria. Hay empresarios que no entregan sus dólares de exportaciones y prefieren dejarlos en sus cuentas norteamericanas. Y ahora este intento de golpe de Estado”.